La propietaria de una explotación de espárragos en Holanda escapó hoy al pago de multas de cerca de 300.000 euros impuestas por mantener a sus empleados en un estado cercano a la "esclavitud", al argumentar que "no le queda nada" que ofrecer para poder cumplir con esa deuda con la Justicia.
Un tribunal de la localidad de Den Bosch (sur de Holanda) ha tomado la decisión de anular las sanciones contra esta agricultora al aceptar el argumento presentado en su recurso, informó la agencia holandesa ANP.
La mujer había sido sentenciada en 2011 a pagar 293.000 euros por haber incurrido en 33 infracciones laborales graves, así como por contratar a trabajadores inmigrantes "ilegales".
Había sido acusada de obligar a sus empleados a trabajar siete días a la semana entre diez y catorce horas por día, a sabiendas de que no se iban a marchar porque retenía su salario hasta el final de la cosecha.
La investigación de la mujer se inició cuando el alcalde de la localidad, Alfred Veltman, denunció que las condiciones de trabajo en la plantación de espárragos eran "similares a la esclavitud", destaca el portal de noticias DutchNews.
Los inspectores del Ministerio holandés de Asuntos Sociales encontraron efectivamente que había unas cincuenta personas viviendo en una habitación sin ventanas de la granja, en condiciones de insalubridad.
En su sentencia de hoy, el tribunal señaló que las multas impuestas eran "desproporcionadamente altas" y comprobó que la casa de la mujer, su negocio y sus tierras han sido vendidas y su empresa ya no existe, por lo que actualmente no cuenta con ningún ingreso.
Así, determinó que las sanciones podrían "afectar injustamente" a la situación financiera de la mujer -que ahora vive con su madre- y que, por tanto, quedaba libre de tener que pagarlas.
Fuente: Finanzas.com
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