A la mejora genética que aportan las semillas, y que permiten hoy sembrar maíz en Chubut con rendimientos de hasta 170 quintales por hectárea, se la suma un kit de última generación que incluye herbicidas, fungicidas y maquinaria agrícola más amigables con el ecosistema.
El nuevo combo busca reforzar los lazos de amistad que la producción teje con el entorno en el que se desarrolla. Fórmulas químicas con menor residualidad y toxicidad y equipos que demandan menos uso de combustible están dentro del paquete de innovaciones que se observa en la séptima edición de Expoagro.
Mientras la mitad del cultivo de soja implantado en el país aún está jugando su partido por la sanidad, el mercado busca aportarle los mejores jugadores para derrotar a las enfermedades.
En muchas zonas, el monitoreo y el control de plagas se va a extender hasta abril. Los proveedores de agroquímicos están convencidos de que hay cómo hacerlo de manera sustentable; la cantera de nuevos productos es inagotable.
Nueva familia. En fungicidas, a comienzos del 2000, la familia del compuesto químico de los triazoles dominaba el espectro de control de enfermedades en cultivos extensivos.
A mediados de la década llegó el aporte mejorador de las estrobilurinas: combinadas con triazoles formaron una eficiente dupla preventiva.
Ahora es el turno de la carboxamida, un nuevo inhibidor que tiene en Orquesta Ultra a la denominación comercial creada por la compañía Basf. “Se trata de un fungicida con una amplia versatilidad de uso tanto preventivo como curativo”, explica Mariano Anzini, gerente de marketing de la compañía alemana.
En la investigación de nuevos productos, donde priman los criterios de calidad, sustentabilidad, facilidad de aplicación y rendimiento, Basf invierte un millón de euros por día.
De cada 10 mil moléculas que son sometidas a evaluación, sólo una llega a la faz comercial. Y para que ello ocurra tiene que esperar 10 años: cinco en etapa de experimentación y un plazo similar para su adaptación.
Los resultados están a la vista; la nueva molécula contenida en Orquesta Ultra, y que hace su debut en esta campaña en el país, ofrece entre cinco a siete por ciento más de rendimiento que los tratamientos comunes.
Pelea con las malezas. La resistencia que las malezas están desarrollando al glifosato abrió una cuña entre las compañías proveedoras de herbicidas. La apuesta es a desarrollar y combinar productos más eficientes, en un marco de políticas de buenas prácticas ambientales.
Mientras se prepara para el arribo al país de su tecnología en soja, que ofrecerá un tratamiento más sustentable contra las malezas, Dow Agrosciences desembarca en el mercado con dos variedades RR. Es el puntapié para la llegada en 2015 de su sistema Enlist, que incluye materiales con el gen resistente a 2,4D, con la incorporación de la tecnología Colex-D, que reduce la deriva y la volatilidad del producto.
“Salimos al mercado con dos sojas grupo cuatro corto (DS 1410) y cinco corto (DS 1505) con tecnología RR, de alto potencial, para que el productor las pruebe. Cuando Enlist esté en la Argentina llevará esta tecnología más sustentable y eficiente”, adelantó Mariano Podestá, integrante del servicio técnico y desarrollo de semillas de Dow en Venado Tuerto.
La combinación de otras moléculas con material genético aparece como otra opción de ataque a las malezas resistentes. Dentro de su plan de investigación, el semillero nacional Nidera está desarrollando variedades con la tecnología STS, resistentes a sulfonilureas y que trabajan con el aporte del herbicida Ligate, de la empresa Dupont.
“Está dando muy buenos resultados en malezas duras”, apuntó Sebastián Acuña, gerente técnico de Nidera para el centro y sur de Córdoba.
Máquinas que ahorran. La maquinaria también busca fortalecer su amistad con el ambiente y ofrecer una tarea más sustentable. Lo hace a través de innovaciones que implican menor cantidad de combustible y facilidades de uso.
El cargador continuo para sus mixers verticales desarrollado por la empresa GEA Gergolet Agrícola, de Morteros, es un ejemplo de mejoras de procesos y ahorro de recursos. “Se trata de un desarrollo que permite cargar en forma automática al mixer todos los componentes de una dieta ganadera. Sin la necesidad de utilizar un tractor o una pala para llevarlo a cabo. Lo que hace es transformar el mixer en autocargable”, comentó Mariano Gergolet, uno de los partícipes en el desarrollo que fue distinguido con medalla de oro por el Premio Ternium Expoagro.
El equipo es opcional al mixer y se puede adaptar a los ya existentes en plaza; cuenta con mecanismo hidráulicos y de electrónica que se comandan desde la cabina del tractor. Una turbina es la que se encarga de elevar el material que conforman las raciones hasta el cargador que lo deposita dentro del mixer. GEA Gergolet ya cuenta con varias innovaciones en equipos para confeccionar dietas ganaderas. Hizo un gran aporte para que el rollo de alfalfa estuviera en los distribuidores de raciones, ya que fue la primera en fabricar con tecnología nacional el mixer vertical.
Menos y más grandes. En cosechadoras, se desarrollan máquinas con mayor capacidad de trabajo. “Es una forma que tiene el contratista de ahorrar combustible y optimizar las logísticas”, observa Juan Pablo Rialp, gerente comercial de Vassalli Fabril, la principal fábrica de cosechadoras nacionales.
La empresa con sede en Firmat (Santa Fe) está preparando para los próximos meses el lanzamiento de un nuevo modelo y plataforma de cosecha. “Es un desarrollo que busca hacer más eficiente la tarea de recolección”, confirmó Rialp, pero sin dar más detalles. A cinco años de su lanzamiento, su modelo Axial 7500, equipado con motor de 350 HP, representa el 50 por ciento de las ventas de la empresa.
“Vamos hacia un mercado cada vez con menos unidades, pero con equipos de mayor capacidad”, augura el gerente de Vassalli. Las señales que brinda el mercado internacional parecen darle la razón: donde ya hay cosechadoras con motores de más de 600 HP, clase 11 y tractores con 500 HP.
En los últimos años, las fábricas multinacionales vienen aumentando la potencia de sus motores a un ritmo de cinco por ciento acumulativo, todo en el marco de la normativa Tier 4 que exigen la Unión Europea y Estados Unidos respecto de la emisión de gases y con el objetivo de mejorar la calidad del aire. A esta mayor potencia se le suman tolvas autodescargables de 40 toneladas y cabezales de cosecha de 45 pies. La apuesta es a aumentar la cantidad de hectáreas operativas por implemento.
Materia prima para los “fierros”. Ternium Siderar invierte en la producción de acero. El director general de Ternium Siderar, Martín Berardi, anunció que la producción nacional de acero seguirá creciendo durante este año, junto con la mayor demanda del agro. “Siderar invirtió el año pasado 277 millones de dólares y para este año hay proyectos de 260 millones de dólares para la producción de acero galvanizado y para el corte a medida para los clientes”, destacó el directivo en Expoagro. “El acero está ligado en forma directa al agro. Si al campo le va bien, se vende más acero, no sólo para maquinaria agrícola, sino también para instalaciones y estructuras vinculadas con la producción”, destacó Berardi.
Fuente: Agromeat
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