El informe de la Organización Mundial de la Agricultura y Ganadería de Naciones Unidas (FAO) señala que la agricultura representa la mayor parte del trabajo infantil del que existe información en el mundo, y la ganadería supone el 40% de la economía agrícola.
Algunos niños también se encuentran en situaciones de trabajo forzoso u obligatorio o proceden del tráfico ilegal de menores.
El trabajo infantil en el sector ganadero está muy extendido y en gran medida ignorado, según la FAO, que ha publicado el primer estudio a nivel mundial sobre esta cuestión.
El informe, hecho público, de la Organización Mundial de la Agricultura y Ganadería de Naciones Unidas (FAO) señala que la agricultura representa la mayor parte del trabajo infantil del que existe información en el mundo, y la ganadería supone el 40% de la economía agrícola.
La nota apunta que será necesario que los gobiernos, organizaciones de agricultores y familias rurales se involucren directamente en la búsqueda de alternativas a prácticas que a menudo reflejan la necesidad de supervivencia.
El informe de la FAO sostiene que el trabajo peligroso o potencialmente dañino para los niños en el sector ganadero ha recibido menos atención que el que desempeñan los menores en otras áreas de la agricultura.
"La reducción del trabajo infantil en la agricultura no es sólo una cuestión de derechos humanos, también es parte de la búsqueda del desarrollo rural y la seguridad alimentaria verdaderamente sostenibles", aseguró el director general adjunto de la FAO al frente del Departamento de Desarrollo Económico y Social, Jomo Sundaram.
"El trabajo infantil -añadió- es un golpe al corazón de oportunidades de empleo decente para los jóvenes, sobre todo cuando interfiere con su escolarización formal".
Está previsto que las conclusiones de la publicación "El trabajo infantil en el sector ganadero: mas allá del pastoreo" se utilicen durante la tercera conferencia mundial sobre el empleo de menores, que se celebrará en Brasil en octubre.
"Durante siglos, las comunidades de pastores han involucrado a sus hijos en el cuidado de la cabaña familiar, el futuro y la supervivencia de la familia de pastores se basa en la transferencia de complejos conocimientos locales de padres a hijos", señala el estudio.
Y añade: "Hay fuertes señales de que las comunidades de pastores reconocen la importancia de la educación para sus hijos y valorarían mucho enviarles a la escuela si la educación es de buen nivel y relevante para el modo de vida pastoral, y sobre todo, si la escuela puede ser combinada con trabajo de los niños atendiendo al rebaño".
Estudios sobre el asunto de países específicos se centran en el trabajo infantil en el pastoreo y muestran que esta labor puede comenzar a una edad temprana, entre los 5 y 7 años, refiere el estudio.
Las condiciones de trabajo de los menores que atienden al ganado difieren -explica- y mientras que algunos cuidan del rebaño unas horas a la semana y todavía van a la escuela, otros pastorean durante muchos días seguidos, a veces lejos de su casa, y sin posibilidad de escolarización.
Algunos niños empleados en el sector ganadero también se encuentran en situaciones de trabajo forzoso u obligatorio o proceden del tráfico ilegal de menores, señala el informe.
El estudio afirma que se necesita investigar aún mucho más sobre las circunstancias que rodean el trabajo infantil en el sector ganadero, con el fin de mejorar las vidas de los niños y niñas pobres rurales.
Fuente: América Economía
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