La prolongación de la crisis económica mundial implica que hay menos dinero disponible para la prevención de la gripe aviar del tipo H5N1 u otras de origen animal”, advirtió en un comunicado el jefe veterinario de la FAO, el español Juan Lubruth.
Según la FAO se impone una estricta vigilancia, ya que existen amplias reservas de virus H5N1 en algunos países de Asia y Oriente Medio, donde la enfermedad es endémica. Si no hay controles adecuados el virus podría propagarse fácilmente a nivel mundial, como sucedió en 2006, año en que 63 países fueron afectados.
Entre 2003 y 2011 unos 400 millones de pollos y patos de corral murieron o fueron sacrificados debido a la gripe aviar, lo que representó pérdidas por unos u$s 20.000 millones.
Para la agencia especializada de Naciones Unidas “invertir” en prevención “es rentable”, debido al alto costo económico que supone una pandemia.
Entre las amenazas sanitarias mundiales, el virus H5N1 figura entre aquellos que puede transmitirse a los seres humanos, lo que requiere medidas adecuadas y un compromiso financiero notable.
La FAO recuerda que entre 2003 y 2011 el virus infectó a más de 500 personas y causó la muerte a unas 300, según datos de la Organización Mundial de la Salud. “Veo que existe inacción frente a amenazas muy reales para la salud de los animales y las personas”, advirtió Lubroth.
Otra amenaza que la FAO señala es la peste de pequeños rumiantes (PPR), una enfermedad altamente contagiosa que puede diezmar los rebaños de ovejas y cabras. “Se encuentra en plena expansión en África subsahariana, donde ha causado estragos”, advierte la entidad.
“Existe una vacuna perfectamente válida contra la PPR, pero poca gente la está utilizando”, sostiene la FAO, que denuncia la falta de recursos financieros y la poca voluntad política, de planificación y coordinación para evitar que algunas enfermedades animales lleguen a propagarse a nivel mundial.
“Invertir en prevención significa mejorar las prácticas de higiene, los controles en mercados y fronteras y la seguridad sanitaria en explotaciones y mercados”, subraya FAO.
“Incluye también equipar a los laboratorios y formar personal para diagnosticar y responder a los brotes de enfermedades, y organizar servicios de extensión eficientes para atender las necesidades de los campesinos”, explicó la agencia internacional, cuya sede central se encuentra en Roma.
La FAO pide medidas más estrictas frente a tales enfermedades e insta a la comunidad internacional, a las organizaciones, así como a las autoridades de los países a reforzar la vigilancia y el control. “Tenemos que unirnos para encontrar formas de garantizar la inocuidad de la cadena alimentaria mundial”, sostiene Lubroth.
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