La crisis económica cogió a la mayor parte de los puertos españoles con el pie cambiado. Los años de bonanza, bautizados también como "esos que no volverán", propiciaron que brotaran como setas grandes proyectos portuarios que a día de hoy se han convertido en el paradigma de lo que no hay que repetir de ninguna forma. El Puerto de Castellón, gracias a una acertada planificación estratégica, fruto de la apuesta personal y profesional de sus gestores años atrás, afrontó la crisis en una situación bien diferente: un puerto totalmente nuevo y acabado, disponible y dispuesto para incrementar la competitividad de la provincia.
Con los "deberes hechos", anticipándose incluso a las necesidades de la demanda, Castellón vive ahora una etapa, no menos complicada, en la que es necesario llenar los muelles y seguir apoyando a los grandes sectores productivos de la región aportándoles la competitividad necesaria.
El Puerto de Castellón, sus gestores y su Comunidad Portuaria, cuentan con un activo fundamental para el desarrollo portuario: sentido común. Nunca se ha perdido de vista el objetivo fundamental, que no es otro que ser herramienta útil al servicio de la economía de la provincia. En esa línea se adoptaron ambiciosas decisiones hace una década, y en ese mismo sentido se está proyectando la línea de ruta de la próxima década.
Inmersos todavía en una coyuntura económica desfavorable, las empresas concesionarias pelean con intensidad para amortizar sus inversiones; las dificultades obligan a exprimir el saco de la imaginación y a doblar los esfuerzos comerciales. En medio de este panorama, la diversificación de tráficos y mercados se muestra como un objetivo básico y adecuado para mantener e incrementar la actividad.
La Autoridad Portuaria, una vez más, se está volcando en el apoyo a su Comunidad Portuaria, consciente de que las sinergias y la colaboración son los mejores aliados para conseguir un adecuado desarrollo portuario.
Castellón es un puerto nuevo. Si su pasado más reciente es el más claro ejemplo de anticipación, trabajo bien hecho y colaboración portuaria, el futuro a corto y medio plazo dibuja un panorama en el que el recinto portuario castellonense está llamado a consolidarse como una de las referencias del sistema portuario español.
El reto más inmediato pasa por convertir esta plaza portuaria en una plataforma logística de primer orden. Para ello es necesario materializar determinadas actuaciones, como el acceso ferroviario, absolutamente vitales para afrontar el futuro más próximo.
A la vista de los éxitos cosechados durante la "década prodigiosa" (2002-2012) en el Puerto de Castellón, nadie duda de la capacidad de la APC y de su Comunidad Portuaria para protagonizar un futuro igualmente brillante.
Fuente: Diariodelpuerto.com
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