El GOB y la Asociación de Producción Agraria Ecológica de Mallorca (Apaema) ha reclamado al Consell de Mallorca que deje de fumigar en los lados de las carreteras porque en la mayoría de los casos no existe una "justificación racional" a estas actuaciones que, en cambio, ponen en peligro los cultivos cercanos, la salud de las personas y el medio ambiente.
En un comunicado, ambas entidades han indicado que durante los meses de primera es habitual que operarios del departamento de Carreteras del Consell fumiguen en estas zonas cercanas a los arcenes de las carreteras para eliminar la vegetación.
No obstante, "se fumiga sobre zonas que no representan ningún riesgo en relación a posibles incendios forestales", así como en zonas que no afectan la visibilidad circulatoria de la carretera, donde la vegetación no supone ningún riesgo para la seguridad de las personas en caso de salida de la vía, o en espacios de graba sin ningún tipo de vegetación, han indicado.
Según han apuntado, el producto que se utiliza es el glifosato, un pesticida "nada selectivo y bastante persistente", que se acumula en el suelo durante meses y que, además, es susceptible de llegar a los niveles freáticos. Además del impacto sobre la vegetación, existen estudios que citan efectos negativos sobre animales y sus sistemas endocrinos.
"En algunos casos hemos observado cómo estas actuaciones afectan no sólo la acera de la vía, sino también la vegetación, natural o de cultivo, situada ya dentro terrenos de titularidad privada, sin ningún tipo de consentimiento del propietario".
En este sentido, desde la perspectiva agraria, la aplicación de herbicidas en estas zonas supone un peligro para los cultivos que limitan con las vías de transporte. En muchos casos los herbicidas afectan un área importante de terreno, más allá de la acera de la carretera, reduciendo la producción de cereal y debilitando algunos árboles cultivados.
Además, la agricultura ecológica sufre más gravemente los efectos de esta práctica puesto que la contaminación de sus cultivos puede hacer peligrar su certificación ecológica. Por otro lado, los fitosanitarios de síntesis resultan mortales para una gran parte de fauna auxiliar.
Desde el GOB y Apaema han entendido, por todo ello, que es necesario abandonar "este absurdo y replantear las directrices del Consell de Mallorca en el mantenimiento de los lados de las carreteras".
Ambas entidades han hecho hincapié en que la vegetación que crece a estas zonas juega un papel importante, no sólo estético durante la floración primaveral, sino también ecológico, debido a su elevada diversidad biológica y por la producción de recursos tróficos que son aprovechados de forma importante por muchas especies de invertebrados y de pájaros.
Durante las últimas décadas, las poblaciones de pájaros ligados a los paisajes agrícolas son las que más han menguado en Europa (un 48% en el periodo 1985-2007), lo que se podría explicar en buena parte por un modelo con menos diversidad de especies y un uso importante de pesticidas, han opinado. En estos espacios viven muchas especies de flora, un hecho que ayuda a compensar la pérdida de biodiversidad en el resto del ámbito agrícola. Además, la vegetación de las aceras hace una función conectora entre diferentes sistemas naturales en cualquier parte del territorio.
Según dicen, el control de la vegetación en las carreteras se debería limitar a la eliminación de árboles y arbustos que puedan suponer un peligro en el caso de que un vehículo se salga de la vía o afecten a la correcta visibilidad de la carretera, o al control de la vegetación confrontando con zonas forestales.
Para ello existen sistemas ambientalmente menos impactantes y no contaminantes. En este sentido, han pedido al Consell que "recorte" la fumigación al entender "inútil" este gasto.
Fuente: ECOticias
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