La Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) calcula que las inundaciones de los últimos días han dañado unas 150.000 hectáreas de cultivo en la cuenca del Duero, para la que piden la declaración de zona catastrófica. El coordinador de la organización, Jesús Manuel González Palacín, ha reconocido que será necesario que se realice una evaluación de los daños, aunque ha avanzado que según sus cálculos oscilarán entre los cincuenta y los setenta millones de euros de pérdidas. En su opinión, será necesario que se coordine el esfuerzo de las administraciones autonómica y estatal para ayudar a los afectados, aunque "el primer paso debe ser la declaración de zona catastrófica, porque los daños concretos se pueden evaluar después". Por su parte, UAGA ha mostrado su preocupación por el cobro de las indemnizaciones de los seguros agrarios tras las inundaciones de los campos como consecuencia de las consecutivas crecidas del río Ebro que se han producido desde el pasado mes de enero.
González Palacín ha asegurado que el cereal que quedó bajo el agua se puede dar por perdido, aunque también hay daños importantes en la tierra de cara a próximas siembras e infraestructuras dañadas, sobre todo caminos rurales.
En su opinión, parte de la responsabilidad de los daños es de la Confederación Hidrográfica del Duero y de la Consejería de Agricultura, que son responsables del mantenimiento y regulación de ríos y riberas.
De hecho, ha estimado que el 80% de los daños se podrían haber evitado con simples trabajos de prevención y ha puesto como ejemplo lo ocurrido en las cuencas de los ríos Arlanza y Pisuerga, que están entre las más dañadas y que no hubieran provocado problemas si se hubiera terminado la presa de Castrovido, que está proyectada desde hace setenta años.
El coordinador autonómico de la UCCL ha afirmado que ya ha solicitado reuniones con responsables autonómicos y estatales para concretar actuaciones a realizar cuando descienda el nivel del agua.
Por otra parte, el sindicato agrario UAGA ha mostrado su preocupación por el cobro de las indemnizaciones de los seguros agrarios tras las inundaciones de los campos como consecuencia de las consecutivas crecidas del río Ebro que se han producido desde el pasado mes de enero.
Esta formación ha exigido en un comunicado que se realice cuanto antes la limpieza del río y la regulación del caudal y ha pedido la coordinación entre las administraciones y más agilidad en los trámites, además de ayudas directas y rebajas fiscales para los agricultores afectados.
Desde que comenzaron estas riadas, los campos llevan inundados cerca de 80 días sin desaguar en su totalidad, por lo que las cosechas de cereal de invierno, alfalfa y hortalizas ya se dieron por perdidas y ahora, con las últimas inundaciones y el deshielo, la máxima preocupación es poder sembrar los cultivos de primavera.
En la primera riada del año, el sindicato valoró las pérdidas económicas en unos 15 millones de euros por los cultivos inundados en 9.200 hectáreas, a los que hay que añadir los daños en las infraestructuras como caminos, acequias, riegos, naves o casetas y los costes de reparación de la estructura de las parcelas agrícolas.
Además, UAGA ha destacado que habrá que incluir los perjuicios causados a los ganaderos de la Ribera del Ebro que tienen que movilizar a su cabaña.
La organización agraria ha recordado que solicitó el pasado 25 de febrero una reunión con el consejero de Agricultura, Modesto Lobón, para tratar sobre las medidas a aplicar para paliar las pérdidas de los agricultores y ganaderos afectados por las riadas, sin que hasta la fecha haya tenido respuesta.
A su juicio, este problema debe ser un "un problema de Estado" ya que la reiteración de las riadas debe considerarse "desastre natural", toda vez que ha denunciado la incapacidad y la dejadez tanto del ministerio como de la consejería para afrontar este grave asunto.
fuente agroinformacion
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