La polémica sobre dragado sí o no está centrando en exclusiva el debate sobre el río, mientras las administraciones (Junta de Andalucía, Gobierno central y Puerto de Sevilla) se han olvidado de lo esencial: coordinarse para recuperar el estuario y poner fin al grave "colapso" que sufre por la mano del hombre. Lo pidieron los científicos en su exhaustivo informe de 2010 y sigue sin cumplirse a día de hoy.
Miguel Losada, uno de aquellos científicos que coordinaron el informe sobre la situación actual del estuario del Guadalquivir, ve urgente que las administraciones se pongan manos a la obra y tiene claro que es la Junta de Andalucía la que debe liderar este trabajo coordinado de las administraciones por tener las competencias sobre la gestión territorial. "Es urgente que empiece a funcionar un órgano de gestión del estuario, que se apruebe en el Parlamento y que sea la Junta de Andalucía la que lidere este proceso por tener la competencia sobre el territorio", aseguró este lunes el catedrático de Ingeniería Hidráulica de la Universidad de Granada a preguntas de este periódico. Losada rechaza recurrir al comité de autoridades competentes sobre el Guadalquivir que ya existe porque "no ha hecho nada en estos años y no ha funcionado".
Hasta el momento nada de eso ha sucedido. El consejero de Medio Ambiente, Luis Planas, compareció en el parlamento la semana pasada pero no habló de liderar nada. Sólo pidió "trabajar para hacer de Doñana y el río un monumento a la biodiversidad".
De las 10 medidas que la organización ecologista WWF España propuso en su día para lograr ese equilibrio en los 90 kilómetros que van desde la desembocadura a Sevilla, Losada las suscribe una por una porque se basan plenamente en las conclusiones del estudio científico. De esas 10 medidas, el experto cita "el aumento de los caudales de agua dulce al estuario" y "recuperar y restaurar las llanuras de inundación" como los dos puntos claves que priorizar en ese órgano de gestión del estuario. "Con sólo esas dos medidas se consigue una mejora sustancial del estuario en las proporciones adecuadas", reitera Losada, que también es director del Centro Andaluz de Medio Ambiente de Granada.
La escasez de agua dulce que recibe el estuario es una de las causas de su turbidez extrema, del aumento de la salinidad y de los sólidos en suspensión en la superficie que restan la luz esencial para las especies de flora y fauna. La retención de agua dulce en la presa de Alcalá del Río (que se usa para el riego) impide que ese agua salga arrastrando lodos y aportando oxígeno al río. Los 5.000 hectómetros cúbicos de agua dulce que recibía el estuario de 1931 a 1981 se han reducido más de la mitad hasta los 2.000 hectómetros cúbicos en el periodo 1981-2000, debido a la construcción de embalses en la cuenca aportadora que retiene la mayor parte del agua, advierte el estudio. En este punto son competentes la Consejería de Medio Ambiente (que autoriza la superficie regable) y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (que autoriza el agua para riego).
La restauración de las llanuras de inundación naturales que necesita el estuario es clave para mantener el suficiente caudal de agua en la desembocadura. Hay que lograr que estas llanuras del estuario no se ocupen con actividades humanas, que se dejen libres. El río las necesita para que el agua salga con la fuerza suficiente para arrastrar a su paso la arena y evitar que se vayan formando barras que taponan la desembocadura. Esta actuación también requiere de la coordinación de la Junta y el Ministerio de Medio Ambiente.
Estas dos medidas no tienen coste económico y no se puede poner la crisis como excusa para no hacerlas, asegura Losada. "No vale dinero hacerlas y además ahorraría dinero al Puerto de Sevilla en los dragados anuales" que debe hacer para mantener el canal de navegación en el nivel óptimo superior a los 6 y pico metros de profundidad. Losada reclama a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir que deje de dar agua dulce "sin tener en cuenta los perjuicios que causa a la pesca" aguas abajo de la Presa de Alcalá.
Por lo que respecta a los planes del Ministerio de Medio Ambiente con el dragado del río, los científicos esperarán a ver por escrito los planes del ministerio y advierten que han leído cuatro versiones diferentes de las declaraciones del ministro el pasado viernes. "Hasta que no vea el papel escrito donde el Ministerio diga que la Declaración de Impacto Ambiental de 2003 no es suficiente y que hay que completarla analizando lo que ocurre con los dragados de mantenimiento, no me lo creo", aseguró Losada. El catedrático cree que sería una "falta de respeto a la transparencia y a la ciudanía" ignorar el conocimiento que aportó el estudio de casi tres años de duración que costó tanto dinero. "Es como si alguien quiere operar con las técnicas médicas de 2003, no sería serio", protesta.
A la espera de que el ministro Arias Cañete dictamine si hace falta una nueva declaración de impacto ambiental del proyecto del dragado de profundización del río, el Puerto de Sevilla aclaró este lunes a este periódico que es cierto lo que afirma el ministro: que Medio Ambiente no tiene el proyecto. "El proyecto no hay que mandarlo a Medio Ambiente, sino a Puertos del Estado, y lo haremos próximamente", recalcaron fuentes del Puerto.
Las 10 medidas para recuperar el estuario
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