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AGRO20 ESPAÑA La huerta por todos y para todos

En términos climatológicos no está siendo la mejor primavera para la huerta, pero eso no desanima a los cooperativistas de Aldatsa Baratza. El próximo mes de julio se cumplirán dos años de la puesta en marcha de este proyecto de agriocultura ecológica, si bien sus primeros frutos se cosecharon en verano de 2012. Comenzaron repartiendo unas quince cestas de productos, pero la cifra ya ha ascendido a veinte «y nos gustaría llegar a veinticinco», explica Eneko Huarte. Junto con Mikel Valero, son los dos liberados de la cooperativa que trabajan día a día en la huerta de Aldatsa Baratza, situada en Meaka. Los terrenos han sido cedidos por una familia del barrio.

Las verduras y hortalizas se recolectan cada semana y posteriormente se reparten entre los cooperativistas. «No es como ir a una tienda y comprar un kilo de esto, otro kilo de aquello... Lo que cultivamos está planificado para llenar las veinte cestas, y todo lo que cosechamos se reparte. No hay excedentes y todo son productos de temporada», explica Eneko Huarte.

Tareas comunitarias

Si bien son dos personas las encargadas de trabajar día a día en la huerta, el proyecto es una cooperativa y, por lo tanto, «todo el mundo tiene sus tareas». Los cooperativistas se van turnando para que dos de ellos acudan, cada semana, a recoger y repartir en las cestas los productos cosechados. «A todos les toca venir una vez más o menos cada dos meses», explica Huarte. La distribución se realiza cada sábado por la mañana en el gaztetxe Lakaxita. «Hay un horario fijado para el reparto, en el que la gente tiene que acudir para recoger su parte».

Además, todos los miembros de la cooperativa tienen la responsabilidad de acudir «por lo menos una o dos veces al año» a la huerta para llevar a cabo «lo que denominamos 'auzolana'» o trabajo vecinal. No obstante, desde la cooperativa se invita a sus miembros «a que acudan una vez al mes», a implicarse en estas tareas comunitarias. Y es que el espíritu con el que nació este proyecto se resume en que «esta es la huerta de todos» los que forman parte del mismo.

Aldatsa Barartza coordina su funcionamiento de forma asamblearia, en sesiones que se celebran una vez al mes, amén de dos asambleas generales al año. Asimismo, todos los miembros del proyecto pagan una cuota mensual.

De todo y de temporada

El balance tras los dos años del proyecto es «muy positivo. Estamos contentos», asegura Huarte. En la huerta de Aldatsa Baratza pueden encontrarse lechugas, cebollas, cebolletas, guisantes, calabazas y calabacines «recién plantados», puerros que se terminaron de recoger la semana pasada, acelgas cuya cosecha está a punto de finalizar, rabanitos, remolacha... «Y en cuanto el tiempo nos deje, empezaremos a plantar las vainas».

Eneko Huarte explica que el mayor problema en este tiempo «ha sido la tierra, que llevaba mucho tiempo sin trabajarse. Dar la vuelta a esta situación costará un poco. Éste es solo el segundo año, y el pasado invierno y esta primavera han sido muy malos. Hemos perdido varias cosechas. Por ejemplo, hemos plantado guisantes cuatro veces y hemos conseguido cosechar muy pocos».

fuente diariovasco

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