La agricultura y la industria auxiliar siguen ejerciendo de motor de la economía roquetera. En este sentido, empresas como la cooperativa Ispemar son un referente en su segmento y exportan sus productos a países de todo el mundo, llevando la marca Almería por explotaciones que usan sistemas de hidroponía o cultivo sin suelo.
En los últimos años la firma ha dado un salto exponencial y ya cuenta con una amplia cuota comercial en países de Latinoamérica, donde ha crecido un 60% desde 2012. "Ya vendemos en Ecuador, Panamá, Colombia y República Dominicana", cuenta la gerente, María Isabel Rojas. Además, están en contacto con empresas de Sudán y Rusia interesadas en sus productos, y próximamente podrían cerrar contratos para empezar a exportar en ambos países.
En ámbito provincial su cuota comercial se ha incrementado un 50% esta campaña. Y es que cada vez son más los agricultores que apuestan por el cultivo hidropónico y los sustratos naturales a base de fibra de coco como alternativa a la perlita o la lana de roca. Y es que el coco es un elemento muy versátil: es 100% orgánico, se distingue de las soluciones minerales por su mayor porosidad y porque permite un importante ahorro de recursos hídricos, y además cuentan con una mayor facilidad de uso y genera un "aumento de producción y rentabilidad".
Entre sus últimas novedades destacan el sistema enficonado y otro de monitorización denominado Procheck. El primero es una "auténtica revolución", asegura Rojas. "En los cultivos bajo plástico aporta soluciones para más del 80% de los problemas que se les presenta a los suelos de este tipo de explotaciones. Los resultados son muy buenos, tanto en producción como en el manejo tanto vegetativo o generativo de los cultivos. El enficonado lo permite todo", asegura.
El Procheck es un elemento de apoyo para lograr un buen manejo de las cantidades de agua a incorporar a la fibra de coco.
Fuente: Elalmeria
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