La recuperación de suelo contaminado a través de la técnica de la fitocorrección ha centrado la tesis doctoral de la bióloga e ingeniera ambiental Cristina Becerra Castro, realizada en el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). En virtud de este estudio, han sido identificadas 500 cepas bacterianas que permiten la optimización de las técnicas de la descontaminación.
La técnica de la fitocorrección, surgida en los años 90 en el ámbito de la biotecnología, permite usar plantas y sus microorganismos asociados, recuperar suelos contaminados por metales pesados o compuestos orgánicos.
La investigación, que tenía como objetivo optimizar las estrategias de fitocorrección prestando especial atención a la importancia de las bacterias asociadas a las plantas, se centró en el estudio del sistema planta-suelo-microorganismo. En la tesis también se abordó la contaminación por contaminantes orgánicos, concretamente, el pesticida lindano.
La experta explica que en todas las localidades en las que se realizaron los muestrajes se optó por estudiar plantas que crecen de forma natural en presencia de los diferentes contaminantes. "Es decir, plantas que presentan una tolerancia natural a esos contaminantes", explica.
Las técnicas convencionales para la recuperación del suelo son costosas, generalmente pueden aplicarse solo a áreas relativamente pequeñas y, en ocasiones, resultan muy agresivas para el suelo.
De ahí que se busquen métodos de descontaminación poco agresivos y respetuosos con el medio ambiente y cuyos costes de aplicación sean asequibles. Entre estos métodos figuran las técnicas de fitocorrección, entre las que están la fitoextracción, fitoestabilización y la fitodegradación.
La autora de la tesis explica que el estudio se enfocó a la mejora de la optimización de técnicas que tengan como objetivo la limpieza de suelos contaminados con metales.
Entre los resultados obtenidos, destaca la obtención y caracterización de 500 cepas asociadas a plantas que crecen de forma natural en lugares que presentan elevadas cantidades de metales pesados o en una zona donde había contaminación por el pesticida lindano.
Estos aislados, explica Cristina Becerra, se pueden emplear en la mejora de la eficiencia de las técnicas de fitocorrección. Por un lado, las bacterias pueden usarse para actuar directamente sobre las plantas, favoreciendo su asentamiento y crecimiento en suelos contaminados en los cuales el crecimiento vegetal se encuentran normalmente limitado.
Pero además, se puede usar para actuar directamente sobre el contaminante, por ejemplo, aumentando la disponibilidad de metales para las plantas con el fin de mejorar su extracción, o ayudando en la degradación de compuestos, en el caso de contaminantes orgánicos como el lindano.
La parte experimental del estudio se realizó en los laboratorios del Instituto de Investigaciones Agrobiológicas de Galicia (IIAG), en donde esta colección de aislados bacterianos asociados a diferentes especies vegetales se están usando ya en proyectos de investigación, tal y como han destacado los directores de la tesis, quienes han explicado que este estudio también ha permitido la identificación de dos cepas bacterianas que mejoran significativamente la degradación del lindano.
Fuente: ECOticias
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