Los agricultores y los empresarios del sector citrícola coinciden en la necesidad de poner en producción nuevas variedades que amplíen la temporada como una vía fundamental para el futuro del sector naranjero. El presidente de la patronal Asociex, Jorge García, y el de la organización agraria Fepac-Asaja, Néstor Pascual, señalaron ayer a las puertas de la basílica del Lledó, donde se celebró un año más una misa en conmemoración de la Virgen de la Naranja, la necesidad de avanzar en este camino, justo cuando el Instituto Citrícola Castellonense SA (ICCSA), está a punto de sacar a comercialización la primera de sus propuestas cara a ampliar la campaña, la clemenclara. Esta variedad de clementina permitiría recolectar la fruta “a finales de septiembre”, dijo García, lo que supondría avanzar en aproximadamente dos o tres semanas la llegada de otras variedades similares, fundamentalmente la clemenules.
Pero hasta que la clemenclara dé fruto todavía faltan varios años (aún no han salido a comercialización los plantones). Por ello, Pascual pidió también a la Conselleria de Agricultura que “acabe de comercializar” sus avances. Mediterráneo ya habló en su día de la nero, similar a la clemenclara, y que se unirá a la safor y la garbí, ya en uso.
a por rusia // Otra de las vías para lograr la rentabilidad, dijo García, es la de ampliar mercados. En este sentido, se fijó en Rusia, donde espera pasar, en unos años, de las 40.000 toneladas que se han exportado esta campaña, a unas 250.000. Cuando eso se consiga, o al menos “enviemos 50.000 ó 60.000 toneladas antes de Navidad, la clemenules llegará a [pagarse] a 60 pesetas”, unos 0,36 euros el kilo, que garantizan la rentabilidad del cultivo.
Entre las propuestas para reactivar el sector citrícola, los agricultores también demandan el uso de un contrato obligatorio de compraventa. Como ya informó este diario el domingo, el Consell ultima su ley de contratos agrarios, que en teoría debe prohibir la venta a resultas, es decir, sin precio fijo. Asimismo, el Ministerio de Agricultura también está en los últimos pasos de la nueva ley de cadena alimentaria. Por ello, Pascual pidió “que unos y otros se pongan de acuerdo”. La patronal no cree que este sea un gran problema --“los comercios ya utilizan sus contratos”, dijo García--.
En la Virgen de la Naranja no hubo ayer, por primera vez en muchos años, ningún miembro de la Unió, que no acudió por el coste que supone la comida posterior en la que hay varios invitados. La organización criticó en un comunicado que haya tres estadísticas autonómicas para dar el precio de la naranja, un síntoma de descoordinación, dijo.
fuente elperiodicomediterraneo
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