El proyecto iniciado por la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente de la Generalitat Valenciana en 2010 para la mejora y adecuación de los puntos de agua en el Parque Natural de Chera-Sot de Chera ha recuperado ya más de 15 fuentes naturales que nacen en este territorio protegido del interior de la provincia de Valencia. Con los culminados el mes pasado, se han llevado a cabo los trabajos pertinentes en las fuentes del Pasillo, del Río, del Tío Marcos y su balsa, del Tajo, de Juan Blanquilla y su abrevadero anexo, del Horao, del Navazuelo, de la Madroñosa y del Saltillo, y en los abrevaderos de Ropé y de la Puerca. Y en el pozo Bolinches, la fuente de la Arcolla, la balsa de Ropé, el Pozo Mínguez, la balsa de Cubillas y la de Pera.
El plan de la conselleria nace de las especiales condiciones medioambientales de Chera, probablemente el área de la Comunidad con una mayor riqueza de manantiales. Sólo en el término municipal de Chera hay actualmente registrados 300 veneros, de los que 152 son permanentes.
Asimismo, otro de los propósitos clave de Medio Ambiente ha sido contribuir con esta gestión de los recursos acuáticos al mantenimiento de la numerosa fauna de anfibios que puebla el entorno de Chera, de acuerdo con su propio Manual Técnico de Biodiversidad.
Y es que la abundancia de agua hace que el Parque Natural de Chera-Sot de Chera quede dotado con una población muy amplia de anfibios, especialmente, aunque también libélulas, cuya presencia denota la buena salud de las reservas hídricas.
Los anfibios, el grupo de vertebrados más amenazado en el mundo actualmente, quedan representados en este parque por el sapo común, el sapo partero, el sapo corredor, el sapo moteado y la rana común, entre otros. Dentro de las libélulas llama especialmente la atención a causa de su singular color la Coenagrium merculiare, de cuerpo en un tono metálico.
fuente agroinformacion
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