Ha llovido tanto (y lo seguirá haciendo toda esta semana) que cualquier embalse extremeño con un aliviadero de labio fijo, los que no necesitan compuertas para desembalsar, está expulsando agua desde hace días. Y los grandes lo están haciendo ya -caso de Alange- o lo van a hacer presumiblemente en cuatro o cinco días. Es lo que con casi seguridad va a ocurrir en la tercera presa más grande de Europa, la de La Serena, un océano hídrico que ya acumula casi 3.000 hectómetros cúbicos. Su tope es 3.219.
El ejemplo de este monumental pantano que solo ha desembalsado una vez, en 1997, aprovechando la visita del entonces presidente del Senado, Juan Ignacio Barrero, es sintomático. «Vamos a reservar agua todo lo que se pueda. La Serena está al 94,5% de su capacidad y seguiremos cogiendo agua unos días pero si llueve lo que parece que va a llover a corto plazo abriremos alguna compuerta durante el fin de semana», explica José Martínez, director técnico de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG).
En el norte extremeño, en el territorio gestionado por la Confederación del Tajo, la realidad es similar. El pantano de Alcántara tiene encerrados 2.754 hectómetros cúbicos, el 87,15% de su capacidad, que es de 3.160 hm3. Por tanto, las reservas en nuestras presas dan para mucho. Tanto que el responsable de la CHG avanza que hay agua para abastecimiento humano y para regar durante cuatro años «si no derrochamos mucho».
Las cuentas de Martínez subrayan que, para una campaña normal, el consumo se cifra entre 800 y 1.200 hectómetros cúbicos, y ya tenemos en los embalses más de 7.000. Y más se acumularían si estuvieran ya en marcha los de Villalba de los Barros, Escurial o Alcollarín, que deben estar en funcionamiento en 2014. Los tres situados en la cuenca de Guadiana, tendrán capacidad para 231 hectómetros cúbicos. «Estarían llenos sin problemas», enfatiza el alto cargo de la CHG.
Badenes y siembras
La abundancia de precipitaciones en este primer trimestre del año trae consigo también noticias menos positivas. Los agricultores están molestos por un doble motivo. De un lado, los que deben sembrar al inicio de la primavera no pueden hacerlo porque las tierras están saturadas de agua. Y, de otra parte, porque la situación de los caminos rurales es muy complicada. En algunos casos están cortados, lo que obliga a rodeos mayúsculos como en la zona de Alange. Como informó HOY la semana pasada, profesionales del campo y vecinos de Alange, La Zarza y Almendralejo deben recorrer hasta 35 kilómetros más de lo habitual para acceder a sus parcelas.
«Es algo excepcional y evidentemente ante una realidad como esta no se puede actuar de otra forma», explica el director técnico de la CHG a la hora de la decisión de cortar varios accesos agrícolas.
En el caso concreto de la cola del pantano de Alange, con el cierre del badén sobre el arroyo Valdemedel (también está cortado el badén de Torremayor), Martínez avanza que no hay previsión de construir un puente, como reclaman los afectados. Eso sí, Confederación del Guadiana estudiará mejoras técnicas para facilitar el paso sobre el badén.
fuente hoyagro
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