El Puig de Santa María ha apostado por fomentar la agricultura ecológica y la integración socio-laboral a través una iniciativa del huerto social que se presentó ayer y que cuenta con la colaboración del consorcio 'Pactem Nord' y la empresa Sanlucar Fruit.
Un total de 40 nuevos agricultores, 6 jubilados y 34 desempleados del municipio, agraciados en el sorteo de las parcelas hicieron ayer sus primeras labores sobre el terreno de estos futuros huertos ecológicos.
Ana María, una joven parada, reconoce que esta es la primera vez que se enfrenta al trabajo en la tierra. «Me gusta mucho la verdura y considero que cuando empiece a dar sus frutos, tendré una ahorro considerable, además, es una forma de invertir el tiempo libre del que dispongo», explicó ante lo que será su futuro huerto.
La joven, al igual que su compañera Marina, también desempleada, mostraban su ilusión ante esta iniciativa del consistorio que les permitirá cultivar sus propios alimentos y llevarlos directamente del campo a la mesa. «Tiene que ser muy gratificante comer las verduras que has plantado y has cuidado tu misma», dijo Marina con satisfacción.
Silverio es uno de los seis jubilados que cultivará su propia parcela. «Es una forma de emplear el tiempo libre, no me gusta estar metido en un bar todo el día», explicó.
Los beneficiarios contarán con asesoramiento a cargo de los técnicos agrarios de la empresa Sanlucar Fruit, que colabora en el proyecto, para comenzar a cultivar sus hortalizas. Ayer mismo, ya recibieron las primeras lecciones de plantación sobre el terreno y los técnicos resolvieron sus primeras dudas. Los usuarios recibirán un 'kit' básico de semillas y plantas de hasta 12 variedades distintas como tomates, cebollas, melones de piel de sapo, lechugas, pimientos o remolachas, entre otras, con las que podrán cubrir entre el 50 y el 60% de sus parcelas.
Los huertos ya están preparados para que los nuevos agricultores comiencen las tareas de plantación. «Está todo a punto, tienen agua de riego, agua de motor y agua de pozo para cubrir sus necesidades», explicó el concejal de Medio Ambiente, Vicente Puchol. Además, para evitar robos, una vez madure la cosecha, el alcalde, José Miguel Tolosa, ha avanzado que estudian la posibilidad colocar cámaras de vigilancia.
El terreno, cedido por un particular al ayuntamiento por un periodo de cuatro años y con una ubicación muy cercana al casco urbano, consta de 3.000 metros cuadrados divididos en espacios que oscilan entre los 40 y 60 metros cuadrados.
El alcalde señaló la importancia de esta iniciativa. «En principio se creó pensando en la demanda de las personas mayores jubiladas, pero luego vimos que el interés también provenía de la gente más joven desempleada y ampliamos la oferta». «Es un proyecto social que fomenta la agricultura tradicional y ecológica, proporciona a los ciudadanos la posibilidad de cultivar sus propios alimentos y, al mismo tiempo, favorece la convivencia y el contacto intergeneracional», añade Tolosa.
Y es que el perfil de los usuarios solicitantes ha ido cambiando con el paso del tiempo y la situación económica y ahora, han pasado de ser principalmente jubilados, a sumarse personas jóvenes desempleadas interesadas en el cultivo ecológico.
Una de las parcelas tendrá un uso educativo y se destinará a un taller escuela con el fin de que los alumnos del municipio puedan conocer el trabajo en el campo.
fuente lasprovincias
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