El Parlamento Europeo apoyó, en su mandato negociador, la propuesta para gestionar el mercado en tiempo de crisis. Dicha medida supone que los productores que accedan a reducir sus entregas en, al menos, un 5% con respecto a las entregas de la campaña anterior, recibirán una prima. Al mismo tiempo, los productores que aumenten sus entregas más del 5% con respecto al año anterior, tendrán que abonar una multa.
Esta propuesta no cuenta con la aprobación de la industria europea. La Asociación Láctea Europea (EDA) lo califica de sistema inmanejable y contraproducente. Opina que irían en contra de los intereses de la industria, lecheros y consumidores. La NFU, organización agraria más importante del Reino Unido, tampoco apoya esta medida.
En general, los países con grandes tamaños de explotación, no son muy favorables a medidas de contención de la producción, ya que buscan ganar competitividad en base a producir grandes volúmenes. Por el contrario, países con tamaños de explotación más pequeños y cuyo sector lácteo corre el riesgo de desaparecer ante la amenaza de los grandes productores de leche, se han mostrado a favor de tener algún mecanismo para poder usar en momentos de crisis de precios, ocasionada por una elevada disponibilidad de leche en el mercado.
El Consejo y la Comisión se oponen a cualquier tipo de medida de gestión de la producción, por lo que habrá que esperar para saber cuáles son los resultados de las negociaciones del Trílogo.
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