El mundo se dispone a lograr una zafra récord de granos que devuelva a los consumidores la tranquilidad de un abastecimiento holgado. Eso pondrá a los exportadores ante el potencial desafío de precios más bajos. Si se cumplen las primeras estimaciones divulgadas por el Departamento de Agricultura de EEUU (USDA) el viernes pasado, la producción mundial de los principales granos aumentará un 8%. Además será el primer año de los últimos tiempos en que aumentará la producción de todos los granos principales: trigo, maíz, soja, cebada, arroz, sorgo y girasol, sin excepción, tendrían una mayor producción. Los altos precios no vienen solos. Y los agricultores de todo el mundo están sembrando todo lo que pueden.
Pero dentro de ese panorama general hay casos particulares que merecen destaque. Y riesgos que siguen presentes. Porque una cosa es la intención de aumentar la producción y otra cosa es que ese intento se consiga.
El del maíz es un caso central
El USDA espera una producción récord de 359 millones de toneladas de maíz, 31% mayor a la del año anterior. Si se concreta sería un salto enorme en la producción y en las reservas, que pasarían de menos de 20 millones de toneladas a mitad de este año a más de 50 millones a mitad del año que viene.
Sería –de lograrse– un factor que bajaría los precios y permitiría una disminución en los costos de producción de carne y lácteos. Pero tiene todavía que lograrse. Y por ahora no está fácil alcanzar el objetivo. Porque los agricultores estadounidenses, que son los principales productores mundiales y por lejos los principales exportadores, no logran entar en las chacras a plantar.
A comienzos de esta semana habían sembrado 28% de la superficie, el mayor retraso desde que EEUU lleva registros del ritmo de siembra. Desde 1980 solo hubo dos años en los que a esta altura del año se hubiese sembrado menos de 30% del área. Y sembrar más tarde significa menos rendimiento potencial. El año pasado fue la sequía lo que impidió sembrar. Este año fueron las gélidas temperaturas al comienzo de la primavera y las persistentes lluvias desde el comienzo de mayo lo que viene complicando la zafra. Esta semana finalmente los farmers pudieron entrar en algunas zonas. Pero están pronosticadas lluvias para la semana próxima. Y lo que se siembra después del 20 de mayo, ya empieza a perder potencial de rendimiento.
El aumento en la producción prevista no es solo en EEUU. Ucrania aumentaría fuertemente su producción por tercer año consecutivo. Aunque con un protagonismo muy distinto al de EEUU, lograría 26 millones de toneladas de maíz, lo mismo que Argentina y cobraría protagonismo como exportador. Ucrania nunca había pasado los 12 millones de toneladas hasta 2010. Y desde entonces suma tres cosechas superiores a los 20 millones de toneladas.
La sucesión de años con buenos precios han llevado a una respuesta formidable desde lo productivo, o al menos eso es lo que se espera. La actual cosecha de cultivos de verano marcará producciones récord de maíz para el Mercosur, que junto a la ex Unión Soviética se van confirmando como la gran alternativa a EEUU.
La producción de maíz será récord y se acercará a un número asombroso. En 2013/2014 la producción alcanzará a 966 millones de toneladas. La humanidad podría estar en 2015 produciendo unos mil millones de toneladas de maíz. Un hito capaz de aplacar todos los precios, tanto en granos como en carne y lácteos sobre el final de esta década.
Pero esa gigantesca cosecha se juega en buena medida en los pocos días que quedan de mayo. Si no se siembra en este mes, no solo bajará el rendimiento en EEUU, sino que muchos miles de hectáreas se cambiarán del maíz a la soja, que tolera siembras más tardías. Y ahí también podrían cambiar las referencias de precios.
¿Hasta cuándo resiste la soja?
Los datos para la oleaginosa también lucen desafiantes. ¿Hasta cuándo la demanda de China será capaz de soportar el aumento en la producción mundial? Según el USDA, EEUU recuperaría fuertemente su producción y Brasil seguiría en su avance permanente como productor sojero. EEUU lograría 10 millones de toneladas más que el año pasado, de 82 a 92 millones de toneladas. Y eso sin contar el eventual pasaje de hectáreas maiceras a soja. Récord para EEUU. Y Brasil que ya tuvo producción récord este año seguiría en ascenso, pasando de 83,5 a 85 millones de toneladas.
Esto llevaría al mayor stock mundial de soja de la historia con 75 millones de toneladas. Si eso se cumple, los US$ 500 por tonelada que se han disfrutado por dos años, no estarían presentes en la cosecha de 2014, que ha empezado a cotizar en estos días a US$ 420 por el grano puesto en Nueva Palmira. Además, los productores argentinos, acosados por la incertidumbre, recortarían la producción de maíz que tiene un costo elevado por hectárea para sumar áreas a la soja.
Trigo estable
El trigo también lograría un hito productivo en el próximo ciclo, por primera vez la producción mundial superaría los 700 millones de toneladas, 701 millones de toneladas producidas, aunque el consumo tendría un aumento interesante en su destino como alimento humano como en el uso forrajero, las reservas mundiales repuntarían de 180 a 186 millones de toneladas, un factor estabilizador de los precios.
Pero en este caso, la cosecha de EEUU, en particular para el trigo duro de invierno, similar al que se produce en Uruguay, ya se sabe que será menguada. La sequía golpeó al cultivo y en algunas zonas trigueras del oeste estadounidense continúa. Por ende, un país clave en la formación del precio tendrá oferta acotada.
Con cinco millones de toneladas menos producidas y el stock estadounidense en baja, el precio del trigo tendrá sensibilidad a los factores climáticos que puedan afectar tanto a otros países productores como al maíz, generando una demanda adicional. Por el momento se espera una fuerte recuperación en la producción de la ex Unión Soviética que mantendría los precios en un nivel moderado, poco por encima de US$ 200/ton y dejaría a la producción de Uruguay en los mismos niveles del año pasado, con los márgenes esperables muy acotados.
Situación desafiante en el arroz
También en arroz la producción prevista es récord y las reservas internacionales van en aumento, por séptimo año consecutivo. De modo que la estabilidad de precios internacionales que ha sido la norma, debe continuar. Desde los 75 millones de toneladas que había en reservas en 2007 y que provocaron una situación de pánico, año tras año los stocks se van recuperando y para mediados de 2013 se alcanzaría a 108 millones de toneladas en reserva.
Los grandes exportadores de Asia, Tailandia y Vietnam, tendrían producciones récord, lo que mantendrá bajo presión a los precios de referencia mundial. Pero ahí Uruguay tiene chances por su capacidad para ocupar nichos y porque dos países clave mantendrán niveles reducidos de producción.
Brasil, con una producción de 8 millones de tonelada en esta cosecha, mantiene precios internos muy firmes. En EEUU, donde el cultivo viene cediendo terreno a la soja, la producción será de 6 millones de toneladas, también escasa.
El precio en América tendrá un fuerte premio respecto al de Asia y eso puede ayudar a que los arroceros uruguayos mantengan una cotización que les permita lograr algún margen.
Cierra una fase en el mercado
De 2002 a 2011 el mercado de granos se mantuvo sumamente firme y en alza. Ese viento a favor que generó el ascenso en el consumo de China, los disparados precios del petróleo y el uso de etanol de maíz por parte de EEUU fueron generando una respuesta productiva que terminará por aplacar los precios.
Para Uruguay es un escenario diferente el que está empezando. Los altos precios solo se pueden sostener si media una catástrofe climática en alguna zona productora. De lo contrario, el mundo con una producción récord en simultáneo en trigo, maíz, soja y arroz será mucho más competitivo. Para este Uruguay de precio récord en sus combustibles y dólar sumergido será mucho más difícil que antes sostener un dinamismo que fue inédito en los últimos 10 años.
Tras un fuerte desafío de demanda, la producción mundial de granos se apresta a dar una respuesta contundente. Y será una exigencia mucho mayor a la renovada agricultura uruguaya. El crecimiento tendrá que sostenerse con precios en declive.
Fuente: El Observador
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