La producción de hortalizas en sistemas flotantes es una alternativa viable a la producción fuera de suelos. De enfocarse en hortalizas de raíces cortas, el sistema flotante podría ofrecerle la oportunidad de producir continuamente a través del año.
Estudios conducidos por la Universidad Estatal de Arizona, EUA concluyen que utilizando un sistema sencillo, en una época de producción, un productor podría producir alrededor de 1,400 cabezas de lechugas de alta calidad que obtendrían buen precio en el mercado.
El Sistema Hidropónico de Flujo Profundo (DFHS, por sus siglas en inglés) le permite al productor producir hortalizas de hojas con raíces completamente sumergidas en el agua.
El productor aplica los nutrientes antes de sumergir los trasplantes, los cuales se mantienen sostenidos en planchas de espuma de poliestireno. Dado a que las plantas mantienen sus raíces sumergidas, éstas se alimentan del agua con nutrientes durante su periodo de crecimiento, hasta su cosecha, aproximadamente unas cinco semanas después de la siembra para las lechugas.
Aunque algunos productores testifican haber utilizado la misma agua de nutrientes por cuatro ciclos, es recomendable no utilizar el agua por más de dos.
Comenzando la producción
Primeramente va a necesitar un contenedor para llenar de agua. Puede optar por utilizar un marco llano u hondo, de acuerdo a las necesidades de espacio de las raíces de sus plantas. Myles Lewis, estudiante graduado de la Universidad Estatal de Arizona y dueño de Arizona Vegetable Company recomienda utilizar contenedores blancos, a comprar negros para luego pintar blancos.
En su presentación durante una visita guiada a su área de producción durante el curso anual de Producción de Cultivos y Diseño de Ingeniería en Invernadero, Lewis explicó la importancia de utilizar semillas peletizadas y trasplantes con polímero aglutinante, “Las semillas peletizadas son cinco veces más caras que las no peletizadas, sin embargo la diferencia está en que con las semillas peletizadas yo obtengo hasta un 99% de germinación siempre y cuando la planta sea cultivada en buenas condiciones.
En cuanto al sustrato que sostienen el trasplante, existen algunos que contienen un polímero aglutinante que mantienen su forma debajo del agua, evitando atascar el sistema.”
Aplicación de nutrientes
“A los macro y micronutrientes les gusta actuar juntos. De aplicarse conjuntamente en bajos volúmenes de agua, éstos de precipitan fuera de la solución, formando un roca de yeso en el fondo del tanque,” explica Lewis.
De acuerdo a Lewis, esto se previene al almacenar y mezclar los nutrientes por separado. Por ejemplo, se comienzan a añadir la primera mezcla de nutrientes cuando el tanque se haya llenado por un cuarto y el resto de los nutrientes cuando el tanque se haya llenado por la mitad, la misma técnica aplica a la soluciones líquidas de nutrientes.
“Lo importante aquí es mezclar bien los nutrientes, quieres obtener buena uniformidad en la distribución de los mismos. Por ejemplo, si mezclas el ácido líquido, el ácido es más pesado que el agua, de no mezclarlo bien se va a sentar en el fondo del tanque, provocando un pH en el fondo del tanque de 1 y en el resto del tanque de 7. Eso no es bueno para la planta.”
Otro ejemplo es la aplicación de cobre. Dado a su peso, es importante mezclar bien el cobre en el agua, la cual torna verde hasta desvanecerse por completo.
“Es mejor añadir los nutrientes mientras llenas el tanque, en vez de llenar el tanque y luego añadir los nutrientes, ya que los nutrientes desplazan el agua. De añadirse al final, desbordarías el tanque.”
Después de añadir los nutrientes, es importante aplicar las cubiertas de poliestireno inmediatamente, dado que las algas suelen formarse dentro de 24 horas.
Control biológico
“Después de poner los trasplantes en las planchas, no los toco hasta que estén listos para cosechar. Cada vez que mis manos no las tocan eso es una oportunidad menos de contaminar el producto,” comenta Lewis. Además de proveerle a las plantas un ambiente hermético, es importante utilizar trampas pegadizas, amarillas y azules, mantener el invernadero a una temperatura constante de 21°C y utilizar abanicos a favor de la protección de la planta.
“Con la utilización de abanicos, dos cosas están sucediendo: una es que estoy espantando insectos que no pueden volar contra la turbulencia creada por el abanico, excluyéndolos del sistema de producción y dos es que uno de los problemas fisiológicos más comunes es el quemado de la punta, la cual es una deficiencia de calcio que puede ser remediada al aplicar aire al área estomática.”
Lewis explica que cuando el clima está demasiado húmedo, las plantas no pueden transpirar, y por ende, no pueden mover el calcio y el agua por su sistema, consecuentemente sus puntas mueren. Cuando se aplica aire, este aire rompe el ambiente húmedo, provocando la transpiración de la planta, “de momento vez que tus plantas comienzan a crecer un poco más rápido”.
Satisfaciendo el mercado final
Este sistema sencillo de producción le permite al productor adaptar su selección de oferta de acuerdo a las necesidades del mercado. Entre las hortalizas mayormente cultivadas en este sistema: la mostaza, las cebollas rojas, los cebollines, la col, la albahaca, el berro, y algunas flores de corte, entre otros cultivos.
El sistema además le ofrece a productores la oportunidad de cosechar y vender lechugas de especialidad con sus raíces para el mercado final, obteniendo un precio mayor al de otras lechugas. Dependiendo del cultivo, se puede obtener una cosecha entre 3 y 5 semanas; sin embargo, de cultivarse distintos cultivos el productor debe tener en cuenta que atraerá distintas plagas, de acuerdo a las preferencias de éstas.
Fuente: hortalizas.com
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