Poseen fincas colindantes a las hectáreas que buscan depredar, abren linderos, ingresan a plena luz del día con maquinaria y en algunos casos hasta armados. Son los taladores de madera que operan ilegalmente en el país y que han provocado en las últimas décadas la reducción acelerada de los remanentes de bosques.
Los árboles maderables, las plantas medicinales, la biodiversidad de la flora y la fauna y ríos libres de contaminación, que caracterizan a los bosques primarios o vírgenes, han desaparecido en zonas consideradas como críticas como las provincias de Esmeraldas y Sucumbíos. En su lugar se llenaron de plantaciones de la palma africana o se destinaron a la ganadería. La apertura de caminos en la Amazonía, para la explotación petrolera, también ha afectado los bosques.
La extracción ilegal de la madera y el cambio de uso de suelo para la agroindustria se mencionan como las principales causas de la deforestación en el país que registra en el periodo 2000-2008 un promedio de 78 mil hectáreas por año y un remanente de 11’307.627 hectáreas de bosques. El dato consta en el documento Línea Base de Deforestación del Ecuador Continental. Este es el último registro nacional que maneja el Ministerio del Ambiente que elaboró dos mapas de 1990 al 2000 y del 2000 al 2008. Esmeraldas, en ambos periodos, registra la mayor deforestación promedio de 17.282 y 12.485 hectáreas por año, en su orden. El segundo y tercer lugar varía: Sucumbíos (10.332 ha) y Orellana (6.955 ha) en el primer periodo mientras que Zamora Chinchipe (11.883 ha) y Morona Santiago (9.460 ha) suben en el segundo.
A partir de este año la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), acordó celebrar cada 21 de marzo el Día Internacional de los Bosques con el objetivo de sensibilizar sobre la importancia de todos los tipos de bosques y árboles fuera de los bosques.
En el mundo las cifras son preocupantes. En el informe Planeta Vivo 2012 de la WWF (World Wildlife Fund), una de las organizaciones más grandes de conservación de la naturaleza, señala que en el mundo, entre el 2000 y 2010, se han perdido unos 13 millones de hectáreas de bosques al año.
La antropóloga Natalia Bonilla, especialista en manejo de bosques en Acción Ecológica, señala que el Ecuador ha perdido mucho bosque, tanto que ya en la Costa no quedan remanentes, tan solo unos pocos que están en Esmeraldas. La causa principal: el cambio de uso de suelo de bosque para cultivo de palma africana.
Una actividad que se expandió desde los 90 e inclusive, señala, mucho antes en los años 60 cuando el mismo Estado promovía la deforestación.
La Ley de Tierras Baldías de esa época exigía, para adjudicar a un colono o familia un pedazo de tierra, demostrar que la estaba trabajando y, por lo tanto, que la había deforestado.
Alfredo Lajones, decano de la facultad de Ciencias Agropecuarias Ambientales de la Universidad Técnica de Esmeraldas Luis Vargas Torres, dice que la deforestación acelerada es más evidente en sectores como Eloy Alfaro y San Lorenzo. En el primero la tala de bosques es la única fuente de ingresos y en el segundo la gente se ha dedicado al cultivo de la palma africana.
Menciona que en Esmeraldas se ha ejecutado una gran cantidad de programas gubernamentales de reforestación, pero la mayoría ha fracasado porque se les ha otorgado dinero para la siembra mas no para el mantenimiento. “Hay una vegetación muy agresiva. Los bosques primarios tienen un crecimiento más lento y tienen problemas porque son rápidamente eliminados por la maleza”, comenta.
Lajones considera que no se han buscado las alternativas que permitan orientar al hombre hacia el campo, que ve al bosque como el productor de madera. Por ejemplo, menciona, en Playa de Oro, donde la tala de bosques es menor, se dedican más a la agricultura o la venta de plátano.
En febrero pasado la Universidad Técnica de Esmeraldas Luis Vargas Torres firmó un convenio con el programa gubernamental Socio Bosque para capacitar a los campesinos de los cantones Eloy Alfaro, San Lorenzo y Río Verde.
Max Lascano, gerente de Socio Bosque, afirma que con este programa se busca reducir la tasa de deforestación al 50% conservando las áreas nativas de bosques y páramos.
En el programa Socio Bosque pueden participar personas naturales o comunas. Los dueños de los predios, si se hacen socios, reciben dinero. A cambio se comprometen, mediante convenio, a proteger estrictamente el área bajo su conservación y, entre otras responsabilidades, deben evitar la tala de bosques, no cambiar el uso del suelo e informar de casos fortuitos como, por ejemplo, las invasiones. En la página web del programa registran la suscripción de 2.002 convenios y 123 mil beneficiados.
Olindo Nastacuaz, presidente de la Confederación de Nacionalidades y Pueblos Indígenas de la Costa Ecuatoriana (Conaice), dice que no se puede hablar de una protección de los bosques si no se disminuye la tala de madera ilegal. Por ello, sugiere que el Ministerio del Ambiente declare una veda de los árboles que estén en peligro de desaparecer. “...No ha parado. Siguen los traficantes depredando, abren trochas (caminos) y van extorsionando y amenazando a las comuneros...”, expresa.
fuente eluniverso
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