Hoy, vamos a escuchar datos sobre el impacto ambiental que suponen los residuos alimentarios, la forma en que dilapidan los recursos y contribuyen al calentamiento global. Oiremos que 1,3 millones de toneladas de alimentos se pierden o desperdician cada año, y no podremos creerlo. Esa cantidad supone el 30% de nuestros alimentos…¿por qué? ¿por qué toda esta comida se desperdicia?. Eso es exactamente lo que tendríamos que preguntarnos, ¿por qué?
Para abordar el problema, primero tenemos que comprender las causas de los residuos. En su amplio estudio sobre el tema, La Organización para la Agricultura y la Alimentación de la ONU (FAO) desglosó la pérdida y generación residuos relacionados con los alimentos en cinco áreas: producción agrícola; el manejo y almacenamiento pos cosecha; procesamiento; distribución y consumo,-que incluye los residuos y la pérdida de nuestros hogares-. Analizando estas áreas, podemos empezar a entender por qué se producen los residuos en cada una de ellas.
En días como hoy, a menudo se fija la vista directamente en los consumidores. Todos somos consumidores. Todos vemos cómo se generan los residuos de alimentos en nuestro hogar y podemos ayudar. En este área se producen enormes desperdicios. WRAP, una organización sin fines de lucro que realiza un seguimiento de la generación de residuos, estima que los hogares del Reino Unido desechan unos 7,2 millones de toneladas de alimentos cada año, alrededor de una quinta parte de toda la comida y bebida comprada. Pero todavía hay otras cuatro áreas en las que se generan residuos.
En los países de bajos ingresos hasta un 40% de los alimentos se pierden en pos cosecha y procesamiento. Esto es a menudo debido a la falta de infraestructuras, como carreteras o almacenes. Pero la infraestructura también puede ser deficiente a resultas de un determinado marco político: al principio de la cadena de valor, una gran cantidad de residuos se produce debido a la contaminación evitable, pero los productos que contribuyen a la seguridad de los alimentos necesitan normativas y requieren de certificaciones. Este es una gran reto en muchos países, y en un reciente taller de la FAO (Save Food) se discutió cómo todos nos enfrentamos este problema, y lo importante que es trabajar en alianza con la FAO para asegurar que cada país cuente con las estructuras de cumplimiento adecuadas.
En muchos países desarrollados, la mayor cantidad de productos son rechazados por los consumidores y supermercados por razones cosméticas. En Italia, el Centro Barilla para la Alimentación y la Nutrición informó que la producción de las frutas y vegetales desechados en los puntos de venta italianos implican un derroche de agua equivalente a 36.500 millones de botellas de dos litros. Una vez más, tenemos que preguntarnos por qué.
Entender por qué los alimentos se pierden no es sólo un ejercicio intelectual. Una vez que entendamos las causas, podemos reducir las pérdidas. Trabajamos con clientes cada día -agricultores, productores, procesadores de alimentos en toda la cadena- y sabemos que debemos esforzarnos en innovación y colaboración para que la reducción de los residuos que necesitamos sea posible.
Por ejemplo, los países del Consejo de Cooperación del Golfo son conocidos por sus temperaturas extremas, y en 2010, casi el 70% de los alimentos necesarios en los países del CCG se importaron. Como la comida sale de un aeropuerto a otro, entre el trasiego por las bodegas, tiempo de viaje y en el que se retienen en las aduanas, está expuesta durante horas al sol en el asfalto caliente. Las empresas de transporte aéreo saben que estas interrupciones en la cadena de frío son factores clave en el daño irreversible a los productos frescos. Mediante la colaboración con compañías como Emirates SkyCargo, podemos aplicar nuestra ciencia y conocimientos para ayudar a mejorar sus soluciones avanzadas de control de la cadena de frío y proteger cargamentos perecederos.
Reducir la generación de residuos y desperdicios es mejor para el medio ambiente, obviamente. Tan importante como transcendental es para los millones de personas que se acuestan con hambre cada noche, mientras se pierde tanta comida. Tenemos que proveerles de más alimentos mejores, más seguros y más nutritivos. Tras muchos años de experiencia en la industria alimentaria, creemos que la aplicación de la ciencia puede ayudar a resolver estos problemas. Sabemos cómo hacer muchas de estas cosas, pero también reconocemos que no podemos acabar con el hambre mundial de forma sostenible sin abordar la cuestión de los residuos de alimentos. Y para hacer eso, tenemos que seguir preguntándonos todos y cada uno de los porqués.
Fuente: Fresh Plaza
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