Más de mil millones de personas en el mundo son víctimas del hambre, un fenómeno que se ha gravado en los últimos años y que evidencia cuánto queda por hacer. La gran mayoría de los individuos que padecen hambre, viven en países en desarrollo, mientras que alrededor de 16 millones habitan en naciones desarrolladas, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
La entidad subrayó que aunque la cantidad de personas que sufren por ese flagelo disminuyó en los últimos años, el progreso global en su reducción también se ha ralentizado.
Actualmente más de 100 millones de niños menores de cinco años tienen falta de peso, de los cuales una parte muere a causa de la desnutrición, por lo que no pueden desplegar todo su potencial.
La FAO opina que el mundo posee los conocimientos y los medios para eliminar toda forma de inseguridad alimentaria y desnutrición, por lo que llama a la comunidad internacional a realizar esfuerzos adicionales a fin de garantizar el derecho a la alimentación adecuada.
En tal empeño, propone un crecimiento económico de base amplia (incluyendo la agricultura) y redes de seguridad destinadas a los más vulnerables.
Potenciar el crecimiento agrócola
El desarrollo agrícola es considerado esencial por los expertos, con el fin de reducir el hambre y la desnutrición, sobre todo en los países más pobres, donde la subsistencia de la mayoría de las personas está vinculada a este tipo de actividad.
Su eficacia también está asociada a su aporte a la generación de empleos.
Empero, los analistas señalan que la disminución del hambre no solo está asociada a la cantidad de alimentos producidos, sino también a su calidad en términos de diversidad, el contenido de nutrientes y la inocuidad.
De acuerdo con estudios realizados, hasta el momento el vínculo entre el crecimiento económico y una mejor nutrición es débil, razón por la que los entendidos defienden un marco integrado de agricultura, nutrición y salud.
Una meta que persiste
Uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio es reducir a la mitad la proporción de personas que padecen hambre en el orbe para el 2015.
Sin embargo, al decir del director general de la FAO, José Graziano Da Silva, "es el momento para un impulso final, que nos empujará también en dirección al objetivo más ambicioso y necesario: erradicar el hambre".
Para la Organización de las Naciones Unidas, el desafío "hambre cero" tiene como propósito proveer a cada persona de alimentos suficientes durante todo el año y poner fin a la desnutrición de las embarazadas y los niños.
Además hacer que los sistemas alimentarios sean sostenibles, apoyar a los pequeños campesinos (especialmente a las mujeres), evitar las pérdidas de alimentos tras la producción y promover un consumo responsable.
Los elevados precios, la mala distribución y la ausencia de políticas efectivas, que permitan enfrentar la crisis alimentaria, están en el centro del problema.
Datos recientes indican que en el mundo existe suficiente comida, pese al alza del número de desnutridos por la falta de acceso de los sectores más pobres a esos bienes.
Veremos entonces cuánto se podrá avanzar, pues el 2015 está cada vez más cerca.
fuente prensa-latina
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