Actualmente, además del interés por la relación con la marca, existe una creciente preocupación por conocer, medir y comprender las emociones que despierta el consumo de un producto. Todo ello en la medida que los alimentos afectan la manera en que nos sentimos.
Por ello, la investigación y el desarrollo de metodologías específicas para medir éstas emociones son clave para:
• Observar el nivel de aceptación que tiene un producto
• Estudiar diferentes factores que transmite el producto o su consumo:
o calidad sensorial, funcionalidad, utilidad
o las implicaciones sociales de utilizar o poseer cierto producto
o cualquier recuerdo o asociación atribuida al producto
o los efectos anticipados del uso del producto o de su posesión
La medida de emociones es de diversa naturaleza y se pueden agrupar en tres grandes áreas:
• Medidas psicológicas:
El consumidor se vale de fichas y listados que representan y recogen, respectivamente, diferentes emociones para poder indicar aquellas que experimenta cuando consume un producto o un alimento. Una ventaja del uso de estas medidas es que permiten tanto un enfoque presencial como online.
• Medidas fisiológicas:
Consisten en la medida de los cambios fisiológicos producidos en nuestro organismo por la experimentación con un alimento o un producto. Entre otras, se mide la actividad cerebral, la respuesta galvánica de la piel o el ritmo cardíaco. Proceden de la neurociencia y son conocidas como neuromarketing.
• Medidas observacionales:
Uno de los más conocidos es el eye tracking, que permite el registro de las emociones mediante el uso de de softwares específicos que recogen mediante mapas de calor los puntos de interés donde centra su atención el consumidor cuando se le muestra una imagen o un anuncio. Otros, por ejemplo, permiten observar el comportamiento del consumidor en directo mediante la observación de las expresiones faciales durante el acto del consumo del alimento o del producto, lo que permite un registro dinámico de las emociones.
En este sentido, los resultados obtenidos a partir de la investigación y desarrollo de la medida de las emociones permiten a las empresas:
• Apoyar el diseño de la comunicación del producto (envase), publicidad, campañas de seguimiento de marca, etc.
• Ajustar el posicionamiento de marca/producto, afinando la coherencia entre la imagen de la marca con la experiencia emocional del consumidor.
• Detectar sentimientos negativos inherentes a los productos que fracasan en el mercado, permitiendo proponer alternativas para lanzar al mercado con capacidad de éxito.
Fuente: Ainia
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