Con la revelación de que ya tienen 10 propuestas para los problemas del agro, las Farc (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) respondieron al llamado del jefe de negociadores del Gobierno de Juan Manuel Santos, Humberto de la Calle, quien el domingo 13/01 les pidió, en nombre del Presidente, "más ritmo" en las conversaciones de paz.
En una comunicación fechada en La Habana, donde este lunes 14/01 se reanudó el diálogo, la delegación de la guerrilla dijo haber estudiado las ideas expuestas en Internet, las Mesas Regionales de Paz y el foro organizado por la ONU y la Universidad Nacional, entre otros escenarios, de los que se marginaron los ganaderos, agremiados en Fedegán, por considerar que su único interlocutor válido es el Gobierno.
Del estudio de tales reflexiones, agregaron las Farc, surgieron sus 'Diez propuestas para una política de desarrollo rural y agraria', que publicarán paulatinamente y de las que este lunes se conoció la primera: "Una reforma rural y agraria integral, socioambiental, democrática y participativa, con enfoque territorial".
Dentro de los 15 "propósitos" de la propuesta, varios llaman la atención. El primero es que, aunque insiste en la redistribución de la propiedad, la insurgencia ya no habla de la erradicación del latifundio per se, sino del que sea "improductivo, inadecuadamente explotado u ocioso".
El mismo matiz se percibe en otros puntos, como el de la "extranjerización de la tierra", donde se plantea su "prohibición", pero también se le abre la puerta al "establecimiento de límites estrictos".
Las Farc propusieron la "denuncia (terminación) o revisión de tratados y acuerdos, y de todo tipo de regulaciones de libre comercio, inversión o propiedad intelectual que afecten la soberanía alimentaria (ver más adelante: 'Garantizar la soberanía alimentaria') y las condiciones de nutrición y alimentación de la población".
En este punto también habría un cambio de tono de la guerrilla, al aceptar la existencia de convenios comerciales y, en lugar de oponerse a ellos, pedir su "revisión".
El presidente del Consejo Gremial y de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Rafael Mejía, opinó que "los TLC son resultado del mercado, es decir, de la oferta y la demanda de productos", mientras que Absalón Machado, del PNUD, aseguró que "se podrían buscar flexibilizaciones y mecanismos que le permitan al país fortalecer su producción interna".
Modelos diferentes pueden coexistir
Dentro de sus ideas, las Farc hablaron de un "estímulo a la economía campesina y en especial a la producción de alimentos, considerando la coexistencia de diferentes modelos de producción, atendiendo regulaciones estrictas de los encadenamientos productivos".
En otras palabras, consolidar la pequeña y la mediana producción de alimentos, en armonía con los grandes jugadores del sector.
El presidente de la SAC dijo que "se justifica la coexistencia de diferentes modelos de producción en la medida en que las condiciones son totalmente diferentes en la Costa Atlántica, los Llanos Orientales, los valles interandinos y las laderas".
Garantizar la soberanía alimentaria
Un tema en el que la guerrilla insiste es en el de la necesidad de desarrollar un "ordenamiento territorial y (una) definición de usos de la tierra que garanticen la protección de los ecosistemas, la sostenibilidad socioambiental, el derecho al agua (...) y la soberanía alimentaria".
Este último concepto, citado un par de veces en el comunicado, promete generar discusión con el Gobierno, pues privilegia la producción local de alimentos sobre lo que dicten la oferta y la demanda en el mercado global.
Rafael Mejía prefiere hablar de seguridad alimentaria y poner el acento sobre las pérdidas poscosecha; según él, el 30 por ciento de lo que se produce no llega al comercio.
Erradicar los latifundios improductivos
La propuesta concreta de las Farc en este punto consiste en la "desconcentración y redistribución de la propiedad sobre la tierra, mediante la erradicación del latifundio improductivo, inadecuadamente explotado u ocioso".
Uno de los propósitos a los que apuntaría esta iniciativa es definir la destinación de las tierras productivas del país, muchas de las cuales están siendo subutilizadas.
Sobre este tema, Mejía aseguró que su sector ha expresado en varias oportunidades "lo peligroso que son el latifundio y el minifundio, pues ninguno de los dos contribuye a la producción agropecuaria".
Esta postura la respaldó Absalón Machado, investigador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), quien dijo que la propuesta de la guerrilla "tiene mucho sentido, porque está orientada a hacer un mejor uso de la tierra".
Fuente: Urgente24
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