En junio próximo, los productos colombianos con denominación de origen protegida llevarán un sello que garantiza su autenticidad, calidad e indicación geográfica. En Europa y algunos países latinoamericanos esta es una práctica estandarizada y exigida dentro del comercio internacional.
Con la internacionalización de la economía y la apertura de los mercados a la luz de los tratados de libre comercio, los productos que compiten internacionalmente deben contar con una cualidad diferenciadora que sea exaltada, reconocida y salvaguardada, y que garantice que ese bien es único.
Uno de estos factores diferenciadores es la indicación geográfica que vincula directamente al producto con la zona en la que fue producido, y distingue que ese bien tiene la calidad, características o reputación que le es atribuida a la zona en la cual se origina, incluidos los factores naturales y humanos que intervienen en el proceso. Para que estos productos sean protegidos con una denominación de origen se debe probar que todos los anteriores factores inciden en las calidades que hacen que el producto sea único y diferente.
En Colombia, el Conpes 3555 de 2008 recomendó diseñar un programa para la protección de marcas colectivas, marcas de certificación y denominaciones de origen, mediante una estrategia de divulgación dirigida a gremios y al público.
Así mismo, sugirió adoptar un sello distintivo que garantice la calidad y originalidad de los productos colombianos en los mercados locales e internacionales, bajo la premisa de que “la adecuada identificación de un producto con denominación de origen protegida incide en el desarrollo del turismo, las exportaciones y la competitividad porque la identidad que le imprime al producto representa para este un alto valor agregado en términos de calidad, cualidades especiales relacionadas con la región y reconocimiento”, explicó el ministro de Comercio, Sergio Díaz-Granados.
Para cumplir con este requerimiento el Ministerio presentó esta semana el Sello de Denominación de Origen Protegida que identifica a 18 productos y a las regiones. Esta lista incluye tejidos, sombreros, cerámicas, cestería, flores, alimentos y bebidas de frutas, entre otros.
El sello busca fomentar una cultura de protección y de respeto por los productos emblemáticos. Los beneficiarios son las personas naturales o jurídicas que directamente se dediquen a la extracción, producción o elaboración del producto o los productos amparados en la zona geográfica designada por la denominación, así como también las asociaciones de los mismos, siempre que sean legalmente reconocidas.
“Si un productor va a sacar al mercado un producto que está amparado con una denominación de origen lo lógico es que haga uso del sello porque le estamos entregando una herramienta para garantice que el usuario final recibirá su trabajo original y no una imitación”, puntualizó el Ministro.
Aunque en el momento está en proceso de aprobación el reglamento de uso del sello, la idea es que la solicitud de uso sea hecha por las entidades públicas o privadas que representan los intereses de los beneficiarios de una denominación de origen protegida. Ellos mismos tendrán la facultad de autorizar a sus agremiados el uso, las condiciones y el reglamento del sello, esto con el fin de lograr un mayor nivel de apropiación y compromiso con el distintivo.
Fuente: Portafolio.com
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