Colombia se mantiene en un serio atraso de su sector agrícola y está prácticamente desconectada de las corrientes de suministros y comercio de alimentos que caracterizan, en la actualidad, a los mercados internacionales, en particular entre el norte y el sur del continente.
Así lo advierte el experto colombiano Miguel Gómez, ingeniero industrial de la Universidad de Los Andes y Ph. D en economía agrícola de la Universidad de Illinois, vinculado a la Universidad de Cornell por largo tiempo, donde es profesor de Economía y Comercio de Alimentos.
En diálogo con Portafolio, Gómez sostiene que Colombia tiene por resolver un problema de fondo, el de convivir entre dos sectores rurales, el de una economía campesina pobre y marginada, y una agricultura comercial ineficiente, que escasamente compite en los mercados de productos básicos.
En medio de esas circunstancias, señala que el país sigue sin encontrar la ruta para producir masivamente alimentos, no solo para el mercado local sino para el extranjero, y, de paso, sin mejorar las condiciones de vida de la población rural. Entre tanto, afirma que Colombia sostiene a un gran costo renglones agrícolas comerciales con poca competitividad y parece desconectada de las redes de suministros de alimentos, que promovidas por las grandes multinacionales desde Estados Unidos, se están estructurando a lo largo del continente.
Conocedor, entre otras, de las cadenas de suministro de carnes, lácteos y hortalizas, Gómez cree que Colombia está en mora de mejorar infraestructuras y adoptar tecnologías modernas, aprovechando los canales de cooperación que le abrió el TLC con Estados Unidos, a fin de poner a producir alimentos a gran escala, en zonas andinas minifundistas, e incorporando nuevas tierras con vocación agrícola en los Llanos Orientales.
Dijo que en la producción de verduras y frutas nos quedamos rezagados frente a países como Perú, mientras que en el caso de otro producto importante, el café, estamos “en pañales”, en lo que respecta a la producción y exportación de cafés especiales, una alternativa que ofrece mayor rentabilidad que el grano verde.
Entre tanto, Colombia está perdiendo la oportunidad de ser proveedor en las cadenas de suministro que se han formado en la costa oeste del continente, desde Oregón hasta Chile, donde se ha planeado la producción y oferta de productos para atender un mercado de alto consumo como el norteamericano.
Gómez cree que, una vez superado el problema de producción, Colombia puede convertirse en un jugador clave en el mercado de alimentos del continente, siendo comprador y consolidador de productos para grandes cadenas mayoristas, que en su conjunto venden más que lo que exportan.
Fuente: Portafolio.co
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