El campo cordobés siempre ha estado en riesgo pero ahora se encuentra en cuidados intensivos; porque todo se afecta cuando un reglón comienza a sufrir deterioro económico, o mejor, cuando las pérdidas se masifican, por la sencilla razón de dependencia de los flujos comerciales y de los alimentos básicos que surten gran parte del Caribe colombiano. Y no es solo el algodón y el maíz como lo explica seriamente el representante de Anuc Rosmy Rojas Luna lo que tiene postrado al campo en el departamento, hay sectores que ya pisaron la ruina o se encuentran sostenidos a base de endeudamientos y mitigaciones parciales de los prestamos, que ahorcan cada día más al productor que no sabe en estos momentos cual camino tomar. Agregándolo a lo anterior la presión violenta de las bandas criminales y de la guerrilla que les imponen criterios de comercialización y peajes en rutas como sucede con los ganaderos a quienes quieren acabar a punta de extorsiones y “vacunas”.
Es inaudito que se trate de engañar a los gremios en Córdoba, pintándoles pajaritos de oro para después salirles con un chorro de babas como ha venido sucediendo con los productores de algodón y de maíz. ¿Por qué les niegan una audiencia? Por qué no hay tiempo para escucharlos, si el agro en el departamento ha sido, fuera del gran sufrido, el que más ha colaborado con los proyectos de pacificación del país y se critica a sus gremios por actitudes pasadas que fueron el producto de un abandono total por parte del estado que los dejó indefensos y arruinados.
Hay que acompañarlos el 20 de febrero, hay que ayudarlos a hacer una intensa manifestación pacífica, rodeada de seguridad y ausente de politiquería porque si los partidos van a aprovechar esta justa protesta para sacarle réditos a sus movimientos es mejor que se queden en casa y los denuncien anticipadamente para sacarles la tarjeta roja. Ayudémosle a acomodar sus propuestas, sus pedidos en pancartas y festones; que las bandas musicales hagan sonar las tamboras y los bombardinos en cada esquina, que ululen las sirenas y cantemos el himno de la justicia y de la prosperidad, para que el gobierno y su ministro se enteren de que en Córdoba también podemos marchar cantando y diciéndole la verdad a los retrecheros encargados de oírnos, adornados con nuestro sombrero vueltiao y nuestro vestido de campesino universal. Sin miedo salgamos a marchar, pero vigilantes para evitar que nos dañen la protesta y hagan de esta situación un propósito para causar violencia. Esos agricultores a quienes debemos apoyar son gente correcta, buena, dedicada a su trabajo que ahora nos pide apoyo hagámoslo con cariño y responsabilidad. Pongamos al Gobierno a bailar en cada esquina la Espuela de bagre y la Tabaquera con nuestras mujeres vestidas de colores para que entienda que los cordobeses somos humanos, alegres, responsables y respondamos así a las actitudes soberbias del Ministro Juan Camilo Restrepo cuyos asesores con sus mentiras le están corriendo la silla, parecen comejenes. Mire a ver pues, Ministro.
Fuente: Agromeat
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