El programa de la FAO muestra lo que muchos ambientalistas y agrónomos en Colombia vienen diciendo hace tiempo: que si se produce amigablemente para el medio ambiente, es decir, sin agroquímicos, las producciones se aumentan, pero trabajando no en grandes extensiones sino a pequeña escala.
El enfoque ha dado resultados muy buenos en ensayos organizados en Vietnam, donde los campesinos que utilizaron tecnologías y prácticas mejoradas aumentaron los rendimientos de yuca de 8,5 toneladas a 36 toneladas, un aumento de más del 400%.
En el Congo, a través de la formación en el uso de materiales de siembra sanos, el uso de materia orgánica para el compostaje y los cultivos intercalados, los agricultores que asisten a escuelas de campo elevaron sus rendimientos hasta en un 250%.
En Colombia, la rotación del cultivo de yuca con fríjol y sorgo impulsó los rendimientos, lo que no se había conseguido solamente con el uso de fertilizantes minerales.
La yuca es un cultivo muy versátil utilizado por pequeños campesinos en más de 100 países. Sus raíces son ricas en hidratos de carbono, mientras que su hojas tiernas contienen hasta un 25 % de proteínas, además de hierro, calcio y vitaminas A y C. Otras partes de la planta pueden utilizarse como alimento para animales.
Una de las razones que impulsan la demanda de yuca es el elevado nivel actual de los precios de los cereales. Esto la convierte en una alternativa atractiva para reemplazar el trigo y el maíz, en especial porque de la yuca se obtiene una harina de alta calidad que puede usarse como sustituto de la harina de trigo.
Seguridad alimentaria
Además de su importancia como fuente de alimento y de seguridad alimentaria, la yuca también tiene una serie de usos industriales que le dan un gran potencial para estimular el desarrollo industrial rural y aumentar los ingresos.
La yuca solo es superada por el maíz como fuente de almidón, y algunas variedades recién desarrolladas contienen en sus raíces un almidón muy solicitado por la industria.
La demanda de yuca como materia prima para la fabricación de bioetanol también está creciendo rápidamente.
Con "Ahorrar para crecer" los países en desarrollo pueden evitar los riesgos de la intensificación no sostenible de la agricultura, a la vez que aprovechan el potencial de la yuca para obtener mayores rendimientos y mitigar el hambre y la pobreza rural.
fuente elmeridianodecordoba
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