En medio del paro cafetero, que completa ya una semana, y la agitación generada tras el reciente foro organizado por Cortolima sobre La Colosa, el senador del Polo Democrático Jorge Enrique Robledo dice que el gran debate nacional este año es si Colombia quiere que haya agro e industria, o el país se va especializar en minería.
En diálogo con EL NUEVO DÍA, explica las razones por las que los cafilcultores del país han salido a protestar a las carreteras, y asegura que el rechazo contra el proyecto La Colosa crece en el Tolima, pero advierte que la multinacional AngloGold Ashanti no tiene límites y está moviendo toda su chequera para arrodillar a los tolimenses.
EL NUEVO DÍA: ¿Cómo se llegó a esta crisis cafetera?
JORGE ENRIQUE ROBLEDO: En la zona cafetera hay hambre porque hay un problema económico extremedamente grave que tiene que ver con la conjunción de dos hechos: primero, en los últimos años ha habido una baja muy grande de la cosecha cafetera, además en el último año los precios cayeron 40 por ciento y los cafeteros no son capaces de pagar sus deudas, pero el Gobierno equivocadamente no fue capaz de entender que esa era la realidad cafetera y no la atendió como ha debido atenderla y la gente le tocó salirse a las carreteras a llamar la atención del Gobierno.
END: ¿Esta crisis la generó o le explotó al gobierno Santos?
JER: Aquí hay causas viejas y causas nuevas. La caída de la producción es un fenómeno que viene de atrás debido a graves errores que se cometieron por parte del Gobierno y la Federación de Cafeteros.
La primera parte de la caída de la producción no se sintió porque hubo precios internacionales más o menos buenos, pero los precios internacionales se cayeron y el precio interno también cayó. A Santos le cabe una responsabilidad muy grande con la revaluación del 40 por ciento, porque a la hora de cambiar los dólares por pesos el productor pierde 40 por ciento; la otra responsabilidad grande que le cabe a Santos es Juan Camilo Restrepo con su soberbia.
Un tercer aspecto es que el café es un sector débil por su estructura.
END: ¿Qué tienen que ver los tratados de libre comercio con esta crisis cafetera?
JER: La primera víctima del libre comercio en el campo fueron los cafeteros. En 1989 se rompió el pacto de cuotas a escala global y eso empezó a generar una crisis, acuérdese de que en los 90 hubo una crisis grave y este es como el segundo remezón de esa misma crisis.
En ese sentido, el libre comercio sí tiene que ver, pero no es un problema, sobre todo de exportaciones e importaciones, sino de índole macroeconómico; o sea, este fenómeno de la revaluación que tanto daño está haciendo, es parte del problema de libre comercio, porque el modelo económico no le permite al país atender con todos los instrumentos que pudiera la revaluación y en este ambiente que hay se va a acabar todo el agro, toda la industria.
END: ¿De qué se requiere para que los cafeteros vuelvan a sus parcelas y la situación se normalice?
JER: Esto requiere de soluciones inmediatas y mediatas, o sea unas ya y otras de diálogo. Se necesita una transferencia grande de recursos al café para subir el precio interno y resolver un problema de deuda muy complicado y eso es ya.
En el corto y el mediano plazos habrá que mirar si Colombia quiere el café, si quiere el agro, y si quiere que haya industria, entonces habrá que resolver el problema de la revaluación de la moneda.
Lo dijo el premio Nobel de Economía aquí en Bogotá: el agro colombiano y la industria en un ambiente de libre comercio con revaluación del 40 por ciento no tienen ni la menor posibilidad de sobrevivir; la otra solución sería que el Gobierno pague la revaluación de su bolsillo.
END: ¿De cuánto es el giro que implican los reclamos de los cafeteros?
JER: He oído al Ministro una cifra semejante a un billón de pesos como parte de la petición del movimiento por la Dignidad Cafetera, pero yo no tengo cifras al respecto. Lo que sí puedo decir es que ese dinero se puede obtener de las exenciones por dos billones de pesos de la última reforma tributaria.
END: El presidente Santos ordenó suspender los diálogos con los cafeteros hasta que no desbloqueen las vías. ¿Qué opina?
JER: Esa realidad no tiene sino dos maneras de resolverse, o porque el Gobierno tenga un acuerdo con estos compatriotas que están apostados en las carreteras de Colombia, o reprima con más velocidad la protesta y eso sería también sumamente grave; por supuesto, no la comparto.
END: ¿Hasta dónde podría llegar esta crisis si no se resuelven los reclamos de los cafeteros?
JER: El problema en el que estamos es que hoy importamos más de la mitad del café del consumo nacional; o sea, aquí hay una crisis de una gravedad pasmosa y por eso insisto que el país deberá decidir si quiere que haya agro e industria o no, porque con las condiciones de revaluación y el conjunto de las políticas Colombia se va a especializar en minería, va a quedar eso como única forma productiva de importancia, no va a haber agro ni industria, ese es el gran debate nacional este año.
Creo que este campanazo de crisis cafetera es una especie de alarma que debería servir para que todos nos sentemos a mirar las cosas con juicio y entender que a un país no se le puede tratar como un país prestado y nada va a pasar.
“ES UN DEBER DE LA GENTE QUE ESTÁ EN LA POLÍTICA OPINAR SOBRE ESTOS TEMAS”
END: Ha llamado la atención que en la misma orilla de los cafeteros en la que está usted, se ubiquen también el expresidente Uribe coincidiendo incluso con las FARC.
JER: Mi lucha en defensa de los cafeteros es de 20 años, en buena medida llegué al Congreso por mi lucha cafetera, así que yo me sentiría traicionándome a mí mismo y traicionando a los cafeteros si no estuviera respaldando sus justas exigencias.
El problema es de una gravedad tal que no es sorprendente que coincida mucha gente con que hay que hacer alguna cosa de urgencia. Cuando hicimos la gran movilización de Unidad Cafetera en Manizales el año pasado, estuvieron 10 congresistas de todas las vertientes, incluidos congresistas tolimenses.
Digamos, entonces, que la coincidencia me parece más o menos natural, si consideran la casualidad ante todo.
END: ¿Podría haber inflitrados en esta protesta cafetera?
JER: Realmente no sé, pero si los hubiera diría dos cosas: me parece lamentable que la Fuerza Pública no sea capaz de dar a quienes protestan las garantías constitucionales que deben brindarle, porque se supone que las protestas son un derecho ciudadano. Segundo, si esa infiltración sucediere, sería por completo insignificante al lado de la fuerza del movimiento; es que estamos hablando de 100 mil cafeteros en las carreteras de Colombia y cacaoteros que también están en paro, luego la infiltración que hubiera no determinaría nada.
El Gobierno se ha dedicado a satanizar la protesta y como no tiene algún argumento serio para maltratar a los cafeteros, entonces inventa que aquí no hay un problema social grave, sino que hay fuerzas oscuras que manipulan a unos cafeteros estúpidos y que tienen bronca al pobre don Juan Manuel Santos, pero eso son boberías, falta de seriedad del Gobierno y sus aúlicos.
END: Algunos sectores políticos han llamado la atención de que el Gobierno se sienta a dialogar con las FARC en La Habana y aquí a los cafeteros que protestan los han tratado a bolillo y gases. ¿Qué piensa al respecto?
JER: Creo que no deja de ser una cierta curiosidad, pero tampoco quisiera que se utilizara el conflicto que se está dando, el paro cafetero y el maltrato del Gobierno; no creo que sea conveniente uribizarlo, ni utilizarlo como un martilo contra las conversaciones en La Habana.
Sigo pensando que ojalá esas conversaciones terminen en un proceso de paz y he dicho que el único problema en Colombia si esa paz se logra, y ojala sea así, es a quién van a seguir echando la culpa de todas las protestas sociales que se ven en este país.
END: ¿La protesta cafetera ha sido utilizada o no políticamente por algunos sectores?
JER: No creo. Es parte de los argumentos poco serios que ha hecho el Gobierno para descalificarla. Pienso que es un deber de la gente que está en política opinar sobre estos temas; opino a favor, otros opinarán en contra, es un derecho ciudadano porque estos son los problemas del país.
Si quienes estamos en política no hablamos de problemas de esta gravedad, en cualquier sentido, entonces de qué hablamos. Cuando la política es a favor del Gobierno, los políticos son unos estadistas, pero cuando la política se contrapone o contradice con las políticas del Gobierno, entonces lo que pasa es que son pendejadas; eso no es serio.
“PREOCUPA DEBILIDAD DEL GOBERNADOR Y DE CORTOLIMA FRENTE A ANGLOGOLD"
END: ¿Cómo ve los últimos acontecimientos alrededor de La Colosa, tras el foro que organizó Cortolima?
JER: Infortunadamente no pude acompañarlos ese día, pero la idea que tengo es que la oposición en el Tolima crece contra ese proyecto, además con ese nuevo disparate de pretender llevarse la mina para Piedras.
En definitiva esas trasnacionales no tienen límites, hay que ver la conmoción y el traumatismo de esa ocurrencia de llevarse todo el mineral hasta Doima, siento que crece la irritación entre los tolimenses contra la AngloGold Ashanti.
Pasajes como el que me cuentan de unos extranjeros promoviendo la idea de que quienes se les oponen a eso son guerrilleros, me parece ya el colmo de los colmos; que respeten un poco a este país, así es imposible que pueda aceptarse este tipo de conductas, que esto se trabaje con seriedad.
Hay sitios donde no se puede hacer minería y sitios donde se puede: si en todas partes se puede hacer minería, mañana van a decir que van a tumbar la Catedral de Ibagué porque hay un pozo petrolero debajo, y eso tampoco.
END: ¿Qué opina de la propuesta del gobernador Luis Carlos Delgado de convocar una consulta popular para que los tolimenses se expresen sobre La Colosa?
JER: Estoy muy preocupado por distintos comentarios que he oído al Gobernador, en el sentido de que lo veo débil al confrontar con su liderazgo las peticiones de AngloGold. Lo de la consulta no me suena, esa es una empresa que tiene capacidad de corromper todo el Tolima y ganar esa consulta; comprar voto a voto y eso no sería un certamen democrático, eso sería un acto de corrupción descomunal.
Aquí lo que se necesita es tomar decisiones, que el Estado tome determinaciones; esa mina no se puede hacer porque las normas de Colombia no lo permiten.
END: ¿Ha percibido cambios en la posición de Cortolima luego de la salida de Carmen Sofía Bonilla y la llegada de Jorge Enrique Cardoso?
JER: Sí y no me gusta. Siento una actitud de debilidad, por ejemplo una declaración que en estos días se oyó diciendo que Cortolima es neutral en estas cosas; pues no, Cortolima no puede ser neutral por Constitución.
La Constitución Nacional concede a las autoridades ambientales un papel activo de defensa del medio ambiente, es ese el diseño constitucional y tiene una explicación; si la parte ambiental del Estado colombiano no cumple un papel activo, no hay quien cuide el medio ambiente porque el poder de los negociantes en el resto del Estado aplasta con el medio ambiente; ese es un desenfoque bárbaro del nuevo director de Cortolima y no me gusta realmente.
END: ¿Ve presiones en el tema de La Colosa?
JER: No me gustan muchas cosas que me preocupan con respecto a que se está moviendo el poder del Estado para cambiar las posiciones que había asumido Cortolima en la anterior administración, que había asumido la Procuraduría; no me gustó esa especie de sanción que impusieron al doctor Diego Alvarado. Es evidente que esa trasnacional está moviendo la chequera, toda su capacidad de coaccionar para arrodillar a los tolimenses.
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