En 1965, el entrenador de los Gators, equipo de fútbol americano de la Universidad de Florida, en Estados Unidos, tenía problemas con el rendimiento de su equipo. No mantenían la misma dinámica en todo el partido. Parecían afectados por el calor y su rendimiento físico bajaba. Para evitar que el equipo siguiera perdiendo, el entrenador le pidió a los investigadores de la casa de estudios que analizaran el problema. Tiempo después los científicos entregan los resultados: detectaron que los líquidos, sales minerales y carbohidratos que los jugadores pierden a través del sudor no se recuperan. Para solucionarlo, crearon una bebida para ir en ayuda de los Gators -Gator-Aid-, que sustituye todas las sustancias que se pierden al realizar alguna actividad física. Así nació Gatorade.
Pero 46 años más tarde, una nueva fórmula con potencial aún mayor que la bebida isotónica más vendida en el mundo nace en Chile.
El equipo de investigación de Ciencia y Tecnología de los Alimentos, de la Universidad de Santiago (Usach), formado por Javier Enrione, Paulo Díaz y Fernando Osorio, crea en 2011 un gel de quínoa que puede ser consumido por los deportistas para recuperarse durante y después de realizar actividad física.
¿Qué lo hace tan especial?
Las bebidas actuales permiten eliminar los efectos inmediatos del ejercicio, pero no el desgaste de los músculos después de la actividad. Como para enfrentar eso se requiere añadir una carga proteica, los chilenos optaron por utilizar un ingrediente nuevo: la quínoa.
“Muchas veces la fibra muscular sufre microdesgarros tras la actividad física, pero el consumo de estas proteínas permitiría reparar el tejido postejercicio”, explica Enrione, quien hoy se desempeña como académico de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de los Andes.
Actualmente, hay empresas holandesas que desarrollaron productos similares e incluso los probaron con sus atletas en los Juegos Olímpicos. Estos contienen electrolitos, carbohidratos, proteínas -principalmente de la leche- y vitaminas. El problema que han tenido es que no siempre logran una buena absorción de las proteínas, y no sirven en el caso de los intolerantes a la lactosa -que en Chile representan casi el 25% de la población-, no es apto para mercados con restricciones religiosas y/o culturales y es muy sintético.
Mientras, la fórmula de la Usach utiliza las maltodextrinas de la quínoa, como carbohidratos, sus péptidos como proteína, y los aminoácidos esenciales de este pseudocereal. Así, se obtiene un gel con una absorción mucho mayor de las proteínas, con un potencial nutracéutico, de fácil consumo y origen natural, lo que permitiría que todos puedan consumirlo.
En la senda de Gatorade
Al igual que en la Universidad de Florida con Gatorade, la Usach es la dueña de la patente de este gel de quínoa, pero les gustaría seguir el mismo camino que la bebida isotónica, que se alió con una empresa para su comercialización masiva. Por eso, hoy están enfocados en desarrollar un modelo más comercial, en el que esperan dar sabor y viscosidad al prototipo actual.
Para su fabricación masiva y distribución el equipo investigador se encuentra en conversaciones con empresas que podrían convertirse en socios y así fabricar el gel a escala comercial. Aunque todavía no hay nada definido, se espera que el producto esté listo para salir al mercado en 2014.
La industria actual de bebidas para deportistas crece a un ritmo de 20% anual. Por eso, pese a que sigue estando dominado por Gatorade, los creadores del gel tienen altas expectativas para su producto.
De acuerdo con Enrione, el gel tendría ventajas concretas respecto de la bebida isotónica, ya que sería más práctica y entregaría más nutrientes y proteínas.
“Es un concentrado que se vendería en sachets. Así, en vez de correr con una botella, los deportistas podrán llevar estos pequeños envases en su bolsillo y comerlos cuando lo necesites, lo que lo hace mucho más cómodo”, explica Enrione.
Sobre el precio, el investigador y también Ph.D. de la Universidad de Nottingham dice que sus similares sintéticos se comercializan a $2 mil la unidad, y éste por tratarse de un producto chileno y 100% natural podría ser incluso más económico.
Pero no sólo la agroindustria se podría ver beneficiada con esta innovación. En la Usach también esperan dar un impulso a la producción chilena de quínoa, ya que para cada kilo de gel que se fabrica es necesario utilizar cerca de tres kilos de harina comercial de este pseudocereal, de la variedad chenopodium quinoa, que es la más comercializada hoy en día.
En Chile hay cerca de 1.454 hectáreas plantadas con quínoa, de acuerdo con datos entregados por el Instituto Nacional de Estadísticas, muy por debajo de los países que lideran esta producción, como Bolivia que tiene 60 mil hectáreas y Perú, que tiene 35 mil.
FICHA DE LA QUÍNOA
Hectáreas plantadas: 1.454.
Siembra: 90 mil a 150 mil plantas/ha.
Rendimientos: 1,6 toneladas/ha.
Costo de producción: Entre $500 mil y $770 mil por hectárea.
El encanto de la quínoaLa quínoa es un pseudocereal, considerado uno de los alimentos vegetales más completos. Esto porque posee alto nivel de proteínas -superior al resto de los granos-, aminoácidos esenciales para las personas, vitamina A y B, lisina, metionina, calcio, zinc e incluso litio. Por esta razón, los incas lo consideraban ‘la madre de todos los granos’ y el alimento de oro.
Por eso, en busca de promover su cultivo y consumo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) decretó el 2013, como el ‘Año Internacional de la quínoa’.
En Estados Unidos en tres años se duplicó la demanda por quínoa y las ventas llegaron a US$ 34,2 millones en 2011.
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