A sus 68 años, Flavio Carvajal, esperó con ansias que llegara abril. Es el mes clave para la cosecha de quinua, el llamado 'grano de oro de los Andes' que Bolivia busca convertir en un producto estrella de exportación.
Carvajal, un agricultor de Llica, al norte del famoso Salar de Uyuni, trabajó más de un año la tierra y está a punto de culminar su tarea.
"Comencé a arar en marzo del año pasado, en septiembre sembramos y ahora estamos listos para cosechar", cuenta a la AFP. "Es un trabajo duro a mi edad, pero me siento bien para hacerlo y es lo que nos ayuda a vivir", agregó.
Su finca es una de las tantas que visitó esta semana "La ruta de la quinua", un recorrido de 1.500 kms organizado por el gobierno boliviano en los departamentos de La Paz, Oruro y Potosí. Allí se concentra la producción de este cereal, que el ejecutivo boliviano quiere promover como mecanismo que saque de la pobreza a muchas comunidades rurales.
La iniciativa del gobierno busca instalar en el país experiencias similares a las que llevan a cabo otras naciones como "La ruta del café" en Colombia, o "La ruta del vino" en Chile.
En Llica los terrenos son los más propicios para el cereal por los minerales que reciben del desierto salino de Uyuni, el más grande del mundo, de 12.000 km2 de superficie y una maravilla natural a 3.650 metros sobre el nivel del mar.
Las parcelas muestran los diferentes tipos de quinua, roja, amarilla o negra, que los agricultores cosechan para vender a intermediarios, en el inicio de una cadena de comercialización que puede terminar en los mercados de Estados Unidos, Canadá o Europa.
Por cada hectárea un productor obtiene entre media y una tonelada de quinua, que puede vender hasta por unos 3.000 dólares a un intermediario privado, que entregará el producto a empresas industrializadoras o al comercio por contrabando a Perú, donde el precio puede duplicarse.
El frío típico del Altiplano boliviano, donde las temperaturas suelen descender a menos de 0 grado Celsius en la noche y trepar hasta los 20 grados a mediodía, no es un problema para que don Flavio, viudo y padre de cinco hijos, esté listo para la cosecha manual desde muy temprano.
"En Llica estamos en la cuna de la quinua, aquí nació. Yo he sembrado siempre y mis padres y abuelos también... la quinua viene desde nuestros ancestros incas", comenta el anciano agricultor, cubierto con un sombrero de ala ancha.
Los tallos del cereal son arrancados manualmente. Luego, las ramas que contienen el rico grano son levantadas a mano o con palas hacia el aire para separar el polvo y las partes innecesarias. Entonces las pequeñas perlas de quinua son extraídas y almacenadas en bolsas.
La modalidad de cosecha no es igual en todo el altiplano. En otro poblado de la región, en Challapata, la agricultora-empresaria Dora Flores tiene una moderna cosechadora mecánica fabricada en India. La compró a 85.000 dólares y es la primera máquina de su tipo en esta parte del país.
"Con esta máquina puedo cosechar mis 80 hectáreas, pero me falta otra máquina para sembrar", dice Flores, de 54 años, orgullosa de su flamante adquisición.
Los buenos precios en los mercados internacionales han sido un gran impulso para que los campesinos ahora siembren quinua.
El kilo de quinua al menudeo suele variar entre los 3 y 4 dólares en Bolivia y Perú, mientras en Chile, Estados Unidos o países europeos, ya convertido en un alimento de élite, su precio puede cuadriplicarse hasta los 16.
Según los últimos datos de la ONU, en 2011 la producción mundial de quinua superó las 81.000 toneladas al año. Perú encabeza la lista con 41.168 toneladas, seguida de Bolivia con 38.257 toneladas, aunque La Paz afirma que lidera los números, pero que buena parte de su producción se va de contrabando a tierras peruanas.
La Organización mundial para la Agricultura y la Alimentación (FAO) declaró este 2013 como "Año Internacional de la Quinua" luego de declarar al grano como alimento estratégico en la lucha contra el hambre.
Pese a que los campesinos no tienen medios técnicos y aún cosechan a mano, el gobierno boliviano promete que los ayudará para que puedan aumentar su producción.
"Nuestra meta es sembrar en unos 10 años más de 1 millón de toneladas de quinua por año, que va a generar ingresos, por lo menos, por unos 1.000 millones de dólares para el país", dijo a la AFP el viceministro de Desarrollo Rural y Tierras, Víctor Hugo Vásquez.
fuente terr
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