La mayor presión tributaria que los gobernadores de las principales provincias agropecuarias aplicaron en el Impuesto Inmobiliario Rural impactó de lleno entre los productores, con boletas entre 200 y 300% más caras si se comparan los pagos de 2011 y los que ya se hicieron en 2013 o deben concretarse en lo que resta del año.
Además, por efecto del revalúo de tierras subieron otros tributos, como Bienes Personales. La mayor carga en Bienes Personales llega a superar el 300%. Mientras lo recaudado en el Inmobiliario se queda en las provincias,Bienes Personales va al gobierno nacional.
Todos estos datos se desprenden de un informe hecho por el Instituto de Estudios Económicos de la Sociedad Rural Argentina (SRA) dado a conocer por el matutino La Nación, que toma lo sucedido en Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos con la suba de la presión impositiva al agro en 2012 y que impacta en 2013.
Vale recordar que Buenos Aires aumentó en promedio 582% por decreto la valuación fiscal de la tierra e incorporó un tributo complementario con unificación de partidas. Santa Fe ajustó 120% la valuación y creó otro impuesto adicional; Entre Ríos cambió la valuación alternando un indicador sobre la base del precio del novillo, y Córdoba no tocó la valuación, pero aumentó el Inmobiliario para todas las partidas 94% en 2012 y 70% en 2013.
Como consecuencia de la mayor presión impositiva se disparó la carga tributaria por hectárea. Y esto se puede ver en el trabajo de la SRA, con superficies y productividades similares en esas provincias.
A modo de ejemplo: en Buenos Aires, en un establecimiento de 250 hectáreas de Pergamino, el impuesto inmobiliario rural pasó de $192 anual a $583 por hectárea. El incremento fue del 203%. Otra comparación: si antes el campo abonaba $48.000 por todas las 250 hectáreas en el año, en 2013 la cuenta total sube a 145.750 pesos.
Para este caso, Ezequiel de Freijo, integrante del Instituto de Estudios Económicos de la SRA, calculó para el matutinoel impacto sobre Bienes Personales de esta mayor presión tributaria. “Para aquellos que tienen que enfrentar el Impuesto a los Bienes Personales, implica un aumento de la carga fiscal total que pasó de $227 a $960 por hectárea, un 323 por ciento más“, explicó.
El impacto que tuvo la valuación fiscal en Buenos Aires fue notable y pegó fuerte para Bienes Personales también en regiones ganaderas. Maximiliano Suescun, contador que asesora a empresas del agro, contó la situación en Rauch, una zona de cría vacuna.
Allí, un campo de 215 hectáreas que tenía una valuación de $127.719 pasó a estar en $1.922.060 y de no pagar Bienes Personales debió abonar $7500 pesos. Otro caso: un establecimiento de 3500 hectáreas que pagaba entre $20.000 y30.000 por Bienes Personales en total, en estos momentos tiene que desembolsar más de $250.000. Su valuación fiscal subió, según Suescun, de 2 millones a 20 millones de pesos.
“Hay productores que tendrían que liquidar stock vacuno para poder pagar los impuestos”, evaluó Ernesto Ambrosetti, economista de la SRA. En Buenos Aires la presión impositiva castigó duro al segmento de productores medianos.
Según De Freijo, en Santa Fe, para un campo de 250 hectáreas en Venado Tuerto, el Inmobiliario aumentó de $57 a $264 por hectárea, un incremento del 363%. Allí en Bienes Personales la carga trepó de $64 a $293 por hectárea, 343% más.
En Entre Ríos, para una explotación de 250 hectáreas de Diamante, en el centro oeste provincial, el Inmobiliario subió de $130 a $458 por hectárea, un alza del 252%. Para Bienes Personales, la presión fue de $176 a $646 por hectárea, un 266% más.
“En esa provincia el impacto sobre los pequeños productores ha sido más perjudicial: el aumento de sus valuaciones superó el 600 por ciento”, señaló De Freijo.
En Córdoba, para un campo de 250 hectáreas en Leones, el tributo rural subió de $42 a $141 por hectárea, 231% más. Allí no hay impacto sobre Bienes Personales.
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