Arranca abril. Para aquellos que prefieren el calor es un mes poco deseado, ya que comienzan los primeros fríos de otoño. Pero para el Gobierno esta época es una de las más ansiadas del año, ya que empieza latemporada de liquidación de la cosecha sojera.

A las claras está que el Gobierno no disimula en lo más mínimo su apetencia por los sojadólares. La escasez de divisas no es algo que le haga mucha gracia ni al Ejecutivo ni al mercado, por lo que la expectativa está puesta en el flujo de billetes que ingresen por el “yuyito”.

La ansiedad oficial está plenamente justificada: a pesar del cepo cambiario y de todas las medidas represivas, las reservas del Banco Central no dejan de caer y así el mercado gana en nerviosismo.

Según un informe de Federico Muñoz & Asociados, de las arcas del BCRA se perdieron nada menos queu$s2.300 millones en lo que va del año u$s11.700 millones desde el pico máximo registrado en 2011.

En ese contexto, muchos creen que la cosecha será el bálsamo para contrarrestar esta tendencia bajista. Es que la soja representa un tercio del ingreso por exportaciones y se estima que este año el país facturará al mundo por el yuyito no menos que u$s24.000 millones.

Sin embargo, son varios los economistas que advierten que si las cosas no se manejan correctamente ese bálsamo podría convertirse en un dolor de cabeza. Y que los dólares que ingresen, lejos de descomprimir la brecha del blue, podría agregar más tensión a la ya existente.

primera vista, parece una idea contraria al sentido común. Después de todo, si lo que motivó el surgimiento del mercado paralelo fue la falta de divisas, entonces suena lógico que un masivo ingreso de dólares resuelva el problema.

Pero en la Argentina las cosas nunca son tan fáciles ni obvias.

Ocurre que, para que el BCRA pueda hacerse de esas divisas, debe emitir una fuerte cantidad de pesos para pagarle a los sojeros. Hablando en plata, tendrá que volcar al mercado no menos de $122.000 millones en unlapso de apenas tres meses.

Es una cifra que equivale a un 53% del dinero circulante en la economía. Para tomar una referencia, la emisión de diciembre pasado- que escandalizara al mercado por lo abultada- fue de $38.000 millones.

Y ahí es donde aparece el potencial problema: si al menos una parte de esos pesos intentan convertirse en dólares -en el actual contexto de cepo cambiario- terminarán en el mercado marginal que, por su escaso volumen, suele reaccionar con fuertes subas cuando aparece una demanda fuerte.

Cuando no existía el cepo, este problema se resolvía de una forma natural: el público demandaba dólares, elCentral vendía y hasta muchos consideraban que mediante ese mecanismo la gente le hacía el “favor” deretirar del mercado los pesos “excedentes” del sistema.

Pero las restricciones cambiarias modificaron todo, de manera que la moneda local que el público evita tener igualmente sigue girando.

“Parece ridículo, pero es así. Al subir las exportaciones, la brecha no se cierra sino que se amplía, porque la demanda de dinero no depende de la oferta. La gente no quiere tener más pesos en el bolsillo”, afirmaba Nicolás Dujovne, ex economista jefe del Banco Galicia, en la primera nota donde iProfesional.com advertía sobre este peligro (ver: “Paradojas del cepo: la soja ahora es ‘amiga’ del blue y hará subir más al dólar paralelo”).

Rogelio Frigerio, de Economía & Regiones, pronostica que incluso con las buenas perspectivas de la cosecha sojera, el blue podría llegar a un valor de hasta $12,20 hacia finales de año.

Los productores tienen la palabra
¿Qué tan grave es el problema? Lo paradójico es que puede ser tan grave como tan grande sea la liquidación de sojadólares.

Es por eso que uno de los grandes interrogantes que más inquieta es qué actitud tomarán los productores de soja, en dos sentidos:

  • Primero, si se apresurarán a vender su stock o preferirán “regular” especulando con un mejor precio futuro.
  • Segundo, si una vez que vendan los pesos que reciban, quieran convertirlos en blue

En cuanto a la primera cuestión, contrariando las acusaciones oficiales, los propios dirigentes rurales se han encargado de disipar temores, al afirmar que la situación de los pequeños productores (la mayoría) es tan comprometida que no tienen espalda financiera ni margen para la especulación.

“Para el 31 de mayo debería estar liquidado el 50% de la cosecha de soja, lo que implica un total de unosu$s12.500 millones”, sostiene Salvador Di Stefano, consultor de la zona sojera de Santa Fe.

Luego viene la otra gran pregunta: ¿qué harán los sojeros con los más de $80.000 millones que recibirán este año una vez descontadas las retenciones?

Los que conocen la interna del mercado agrario sostienen que ahora la postura diverge respecto a la de la“etapa pre-cepo”. Es decir, antes de la instauración del cerrojo, una parte importante de esa liquidez iba almercado inmobiliario o a inversiones financieras.

Hoy es diferente. La estimación es que quienes tengan “espalda” ahorrarán en granos. Y los utilizarán como moneda de intercambio para hacer “planes canje” por fertilizantes, tractores u otros conceptos vinculados con la actividad.

El resto, liquidará la totalidad de su producción y volcará pesos al mercado. Muchos pagarán deudas y, claro está, estarán quienes canalicen parte del excedente en el circuito blue.

Lo que sí queda claro es que, en ningún caso, habrá productores que se queden con moneda local en la mano.

De manera que habrá que mirar de cerca a los eslabones intermedios de la cadena de producción. Es decir, desde las empresas de logística hasta las cosechadoras, que son los acreedores de los “endeudados”productores.

La cosecha esperada es de 48 millones de toneladas, a partir de la cual los sojeros se quedarán con $80.000 millones. Luego, pondrán en movimiento la rueda que moverá a esos billetes por toda la economía.

Al menos un 23% del valor bruto de la cosecha volverá inmediatamente al mercado, por el pago de los camiones y las máquinas cosechadoras, según Mariano T, autor del influyente blog “La Patria Chacarera”.

Así, con que una pequeña porción de esa liquidez termine en el mercado paralelo, será suficiente como para incidir en el precio del blue.

Un dato a tener en cuenta: el 1% de lo que recaudarán los sojeros equivale al volumen operado en un mes en las “cuevas”.

Menú poco atractivo
Pero el interrogante más importante es cuál será la actitud del Banco Central cuando parte de esos pesos de los sojeros intenten transformarse en dólares.

¿Decidirá “abrir la canilla”, o priorizará mantener sus reservas aunque eso implique convalidar una suba del blue?

Lo que los analistas consideran es que es arriesgado dejar que todo ese caudal de moneda local circule en la economía. Porque, a medida que el Central vaya gastando los dólares, la moneda nacional tendrá menor respaldo.

“En este escenario el tipo de cambio de cobertura subiría y el dólar paralelo también. Por lo que una mayor liquidación de cosecha gruesa podría potencialmente agravar el problema de la brecha cambiaria”, considera Economía & Regiones.

Es por eso que algunos creen que lo más probable será que el Central trate de esterilizar los pesos “excedentes” mediante la emisión de títulos.

“Podrían absorberse esos pesos vía letras y notas del Banco Central. En la actualidad ascienden a un total de$97.948, que podrían incrementarse sin problemas”, apunta Di Stefano.

Pero el consultor reconoce que “el costo será una mayor tasa de interés y eso puede enfriar la economía”.

¿Tomará esa decisión el Banco Central justo en un momento en el que el fantasma de la estanflación asusta más que nunca?

Es la gran pregunta. Ejecutivos del sistema financiero creen que un fuerte aumento en los tipos de interés sería una medida que el Gobierno trataría de postergar lo más posible.

Más bien, los analistas creen que se apuntará a acelerar el ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial. Por un lado, esto incentivaría a los sojeros para que liquiden sus stocks y, por otro, contribuiría a una eventual reducción de la brecha con el blue.

En cualquier caso, un menú de soluciones muy poco atractivo para Marcó del Pont, que no podrá eludir tomar medidas antipáticas.

Paradojas de la Argentina: mientras la presión sobre los productores de soja alcanza niveles insólitos -con amenazas de medidas drásticas-, los ansiados sojadólares vienen acompañados de un inadvertido “lado oscuro”.

Fuente: iProfesiona