El sector apícola entrerriano no logra repuntar. El año pasado la sequía que afectó a la provincia en el mes de enero generó que los productores sufrieran pérdidas importantes. A esto se sumó la caída de los precios del producto y los aumentos que registraron los insumos, sobre todo el gasoil.

Ahora, las constantes lluvias que cayeron hasta diciembre son las que afectaron la cosecha, por lo menos en lo que va de este mes. Y aunque si bien la situación puede revertirse y mejorar durante febrero y marzo, los propietarios de colmenas estiman que no se alcanzarán los volúmenes obtenidos en 2012.

“En promedio, en 2011 recolectamos entre 30 y 35 kilos por colmena. El año pasado, con la sequía, se redujo a una cantidad cercana a los 15 o 20 kilos, y ahora sacamos 10”. comentó a UNO el productor oriundo de Larroque Miguel Ángel Zamora, quien por otra parte pidió que “se tome en serio el tema de la fumigación en la provincia, ya que las plagas se han hecho resistentes a las sustancias que se venían utilizando y por eso se usan concentrados cada vez más fuertes, que se propagan a través del aire, la tierra y el agua y, entre otras cosas, afectan a las colmenas”.

En referencia a la campaña 2013, Orlando Bolzán, apicultor de la zona de Crespo, comentó: “A nosotros las lluvias que hubo hasta diciembre nos perjudicaron. Tanta agua que cayó fue lavando las flores y se quedaron con poco néctar”.

El productor de María Grande Javier Faes explicó que “luego de las precipitaciones, la flor necesita de dos días completos con sol para recuperarse y producir néctar bueno, pero como llovió durante varias jornadas seguidas este proceso se complicó”.

“Además, las inclemencias del tiempo tampoco dejaban que nosotros fuéramos a alimentar a las abejas con sustitutos”, acotó.

Las dificultades en el sector provocaron que muchos productores abandonaran la actividad durante los últimos años. Hoy la escasez se siente en los centros de acopio que luego exportan el producto y quienes se dedican a la apicultura aseguran que es un problema generalizado también en las provincias lindantes. “Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires también sufrieron una merma en la cosecha. Esto hace que el precio suba y hoy se paga 11,20 pesos”, afirmó por último Orlando Bolzán, a la vez que aseguró que “de todas maneras es poco comparado con los gastos fijos que tenemos para mantener la rentabilidad”.

• Parásitos habrían provocado mortandad masiva de abejas

Hace tres meses, un grupo de alrededor de 60 productores de miel de María Grande y sus inmediaciones se reunieron con el ministro de Producción de la Provincia, Roberto Schunk, el diputado provincial Ángel Vázquez y el intendente de María Grande, Hugo Maín, para plantearles su preocupación por la mortandad masiva de abejas en la zona, por causas que se desconocían.

En este marco, Schunk puso a disposición un equipo de técnicos que pudieran dar respuesta acerca de cuál era el origen del fenómeno, que causó importantes pérdidas a quienes se dedican a la cosecha de miel.

Si bien no se difundieron los resultados oficiales, los productores afirmaron que tras visitar la región donde se asentaban las colmenas afectadas, el equipo que intervino determinó que lo que produjo el deceso de los insectos fueron dos parásitos: varroa y nosemosis.

En el primer caso, se trata de una especie de ácaro que causa la enfermedad denominada varroasis y afecta tanto a larvas como a adultos, absorbiendo la hemolinfa del insecto hasta disminuir su masa corporal. Esto puede destruir las colmenas, sobre todo en las épocas de invierno.

La nosemosis o nosematosis es una enfermedad producida por un parásito que afecta el aparato digestivo de las abejas obreras, los zánganos y la reina y ocasiona una inflamación de su intestino, generando diarrea.

El perjuicio en la región debido a la presencia de estos parásitos fueron pérdidas que en algunos casos alcanzaron un 50 por ciento o un 60 por ciento, aunque no se dio en todos por igual. Javier Faes, uno de los damnificados, señaló a – que “en un principio se pensó que podía tratarse de algún pesticida lanzado a través de una fumigación, pero lo llamativo fue que había vecinos que no fueron afectados, y otros cuyas mermas fueron menores”.