Después del éxito que tuvo la cosechadora Javiyú, con más de 300 ejemplares vendidos en la región y en Turquía, Orlando Pilatti, el técnico que participó en el diseño de ambas máquinas, aseguró que hay muchas expectativas sobre el nuevo desarrollo ya que “tiene un régimen de cosecha muy alto”, y aclaró: “Puede extraer un kilo de algodón por segundo y, si el cultivo está en buenas condiciones, lo cosecha en su totalidad”.
Nacida en la estación experimental del INTA Reconquista –Santa Fe–, la cosechadora autopropulsada puede levantar entre 15 y 18 toneladas por día y cuenta con un sistema de limpieza incorporado que elimina las impureza del cultivo, lo enrolla y forma fardos de algodón de hasta 700 kilos que, cubiertos por una película plástica, quedan listos para su traslado.
La máquina fue bautizada como “La Lola” en honor a la Colonia homónima que está ubicada donde hoy funciona la Estación Experimental Agropecuaria Reconquista del INTA, y que fue el lugar que frecuentó durante su infancia Víctor Ferezin, el técnico principal que participó en el desarrollo y que tiene una trayectoria de 54 años de trabajo en el INTA.
Para Ferezin, el creador de la máquina, “este desarrollo permitirá disminuir hasta seis veces el tiempo empleado en la recolección, prensado y carga de la cosecha para su traslado a la desmotadora”. Según estimó, para cargar un camión con capacidad de 17 a 18 mil kilos de algodón, “los productores podrían reducir los costos que afrontan en ese proceso, ya que sólo sería necesario emplear un operario y un tractor para esa tarea”, dijo en un despacho de prensa del INTA
Pilatti detalló algunas características de la cosechadora: “Puede extraer 1 kilo de algodón por segundo y, si el cultivo está en buenas condiciones, lo cosecha en su totalidad”.
La máquina fue diseñada y desarrollada por el INTA con financiamiento y materiales aportados por la Asociación para la Promoción de la Producción Algodonera (Appa) y la firma metalúrgica involucrada en el proyecto, Dolbi S.A.
En los últimos años el cultivo en surcos estrechos condujo al desarrollo de un sistema conocido como “stripper” y que hoy representa el 90 por ciento del proceso de cosecha, por su capacidad de recolectar el algodón en una sola pasada. A diferencia de esas cosechadoras, “el nuevo avance intenta superarlo y suma un sistema automotriz o autopropulsada que prescinde de un tractor para su arrastre, ya que tiene su propio motor y un operario puede controlar sus trasmisiones”, explicó Pilatti y agregó que “gracias al sistema de limpieza que tiene incorporado, asegura el acondicionamiento del algodón para un mejor manejo en poscosecha”.
Con una velocidad de entre 4 y 6 kilómetros por hora, la máquina es capaz de cosechar un 1 kilo de algodón con semilla por segundo, con la posibilidad de optimizar su rendimiento si se trabaja en “cultivos de alta densidad, en surcos estrechos que tengan buen control de la floración del algodón y que estén muy bien desfoliados, sobre todo, para evitar que los restos de hojas contaminen la fibra”, señaló el INTA.
A diferencia de las máquinas tradicionales que almacenan el algodón a granel en acoplados tolva para trasladarlo durante el desplazamiento, la máquina cuenta con un modelador que comprime la fibra, la cepilla para eliminar restos de polvo, palos o pasto y la comprime como un fardo cilíndrico envuelto con una película plástica para que pueda manejarse como unidad. De esa manera, se asegura que “cada rollo compacto tenga una buena densidad y garantice un mejor aprovechamiento del espacio, mayor peso y más rendimiento en la carga del transporte”, indicó el INTA en la última edición del boletín INTA Informa.
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