Los dirigentes rurales de la entidad que conduce Eduardo Buzzi advirtieron con preocupación sobre “la falta de interés que se observa en el último tiempo en los remates y las ferias”, que “se da en todas las categorías, pero con mayor notoriedad en las que indican largo plazo, como la vaca preñada o las vaquillonas para servicio”, según dijeron.
Explicaron que “esta realidad, sumada al alarmante crecimiento en la faena de hembras, nos dan la pauta de la pérdida de expectativas, con la consecuente liquidación de stocks y la perspectiva de caída del sector en el mediano plazo, si no se modifica la política aplicada”.
Los integrantes de la Comisión de Ganadería Vacuna de la FAA evaluaron que “las únicas categorías que se están comercializando medianamente bien son las de engorde, aunque con valores perjudiciales para los criadores”.
“En esta misma línea, debemos analizar que a estos valores los están fijando los grandes feedlots, con el concepto de comprar barato al productor de cría y reasegurar su negocio final”, destacaron.
También recordaron que “al haberse mantenido estable en los últimos dos años el valor del kilo vivo, los niveles inflacionarios del país provocaron que en muy poco tiempo se haya perdido la rentabilidad que el productor habría recuperado, recién en 2010″.
Durante 2012, en la Argentina crecieron los niveles de consumo de carne de cerdo y pollo, mientras que la carne vacuna apenas logró mantener los volúmenes de venta del año anterior.
“Esto nos indica una readecuación del consumidor argentino, debido a la pérdida de su poder adquisitivo, al haber precios que se mantienen del kilo vivo y mayor oferta por la falta de expectativas de parte del productor sobre la carne en el mercado interno”, analizaron.
De este modo, “la opinión pública puede llegar a tener la sensación ficticia de que ha mejorado en la actividad, pero en realidad, esto será carne para hoy, hambre para mañana porque, de profundizarse la liquidación de vientres, en el mediano plazo estaremos frente a una crisis ganadera nacional”.
Los gremialistas de FAA se mostraron contrarios a la política oficial que se aplica desde 2006 y que pone límites a la exportación de carne vacuna.
“Debe mantenerse un equilibrio entre el mercado interno y las ventas al exterior. Con una política ganadera adecuada, podríamos crecer en los dos rubros Los datos de los últimos doce meses son duros. En 2012, sólo el 7 por ciento de lo producido se vendió fuera del país, sólo 185 mil toneladas”, agregaron.
Sostuvieron que el país está “muy lejos de las 700 mil toneladas exportadas en 2005, pero lo que es más grave, hubo menos carne argentina puesta en otros países que en la época de la aftosa, cuando se vendieron 200 mil toneladas al año”.
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