Un trabajo realizado en el sudeste cordobés demuestra que el análisis del costo-beneficio por medio de un abordaje económico tradicional enmascara un costo importante de degradación del capital natural.
Desde el punto de vista de una agricultura sustentable, el manejo de nutrientes en un sistema de producción debería mantener una relación balanceada entre ingresos y egresos de los mismos en el mediano y largo plazo, ya que la pérdida de ellos es considerada como la principal forma de degradación de los suelos.
Uno de los trabajos más destacados en la materia fue realizado por Pablo Tamburrini, magister en Agronegocios de la Universidad Austral, quien realizó una evaluación económica del balance de nutrientes para los principales cultivos del sudeste de Córdoba.
Los resultados allí obtenidos demuestran que el análisis del costo- beneficio por medio de un abordaje económico tradicional ha enmascarado un costo importante de degradación del capital natural, como lo es la pérdida de fertilidad del suelo.
Al analizar el ámbito en el cual se realizó el trabajo, se observó una reducción en la aplicación de fertilizantes durante las campañas agrícolas 2007/08, 2008/09 y 2009/10; lo cual llevó a balances de nutrientes negativos y, por lo tanto, a la pérdida de sustentabilidad de los sistemas de producción agrícolas de la región.
La evolución de los balances de nutrientes demostró ser dinámica y variable según el cultivo y la campaña agrícola, pero siempre con valores negativos.
De los cultivos analizados, la soja de primera fue claramente el que expresó los balances más negativos en las tres campañas agrícolas, ya que además de ser un cultivo altamente extractivo, recibió un aporte insignificante de fertilizantes.
Los resultados de los balances de nitrógeno (N), fósforo ( P) y potasio (K) fueron negativos para todos los cultivos en todos los años evaluados, destacándose que la magnitud de dicho desbalance fue notablemente mayor en K y N que en P.
Por lo contrario, el S mostró un balance levemente negativo o cercano a cero dependiendo del cultivo y de la campaña analizada. Esta situación puede explicarse por el costo relativamente más bajo de los fertilizantes azufrados respecto a los otros.
Con el K ocurrió un hecho particular, ya que en la región en estudio no se efectivizaron fertilizaciones con este nutriente en ningún cultivo ni campaña. Esto está asociado a que todavía no existen respuestas económicamente positivas a la aplicación de fertilizantes potásicos, ya que los valores de K en el suelo están por encima de los umbrales críticos.
A pesar de que este estudio no tuvo en cuenta la exportación de otros macro y micronutrientes, y el deterioro del suelo por otros factores como erosión y pérdida de materia orgánica, sirvió para concluir que los sistemas agrícolas del sudeste de Córdoba, y seguramente del resto de la zona núcleo pampeana, presentan una gestión ambiental negativa que puede conducir a una pérdida de competitividad en mediano o largo plazo.
La fertilidad de los suelos es un componente significativo de la calidad del recurso de un país e impacta en la productividad, la economía y la sustentabilidad de toda la cadena de valor.
fuente lanacion
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