La falta de lluvias complica la situación del maiz.
“Las lluvias fueron de 200 milímetros en noviembre; sólo 45 milímetros en diciembre -cuando se secaron todos los charcos- y de 20-40 milímetros en enero, lo que puso a los cultivos en situación de estrés”, recuerda un técnico que trabajen la zona. “Pasamos de no poder sembrar por anegamiento o de resembrar potreros que fueron inundados por lluvias de noviembre, a una situación de sequía, abruptamente”, agrega.
La situación de los cultivos zonales de soja es la siguiente: los sembrados temprano, en octubre, de ciclo corto, están en estado R4-R5, perdiendo potencial de rendimiento cada día que pasa sin lluvias importantes. “Al recorrer los lotes al mediodía, ya se ven plantas de soja con las hojas al revés y perdiendo vainas, señal de estrés hídrico”, apunta el asesor.
Los cultivos con siembra de noviembre están entrando al estado R4; todavía no perdieron potencial, pero necesitan imperiosamente lluvias importantes en los próximos días para mantener expectativas de rindes normales”, agrega.
Fuente: Agromeat
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