Después de la polémica recomendación de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre ingerir insectos que contengan proteínas con el fin de ayudar "a paliar el hambre en el mundo", Mendoza no se quedará atrás.
Esta semana, la Dirección Provincial de Nutrición e Higiene de la Alimentación se comprometió a analizar la factibilidad, en materia de recursos humanos y técnicos, para estudiar a la vinchuca –nuestro insecto más autóctono– como alimento alternativo y con fines nutricionales.
En diálogo con El Sol, Alejandra Moor, directora de esa repartición del Ministerio de Salud de la Provincia, aseguró que pondrá en marcha una serie de consultas a expertos en el tema de la nutrición, a científicos y jefes de laboratorios para estudiar la posibilidad de encontrar valores proteicos al insecto que, al mismo tiempo, es vector del llamado mal de Chagas y es propio del hábitat natural de los secanos.
"No conozco que hayan proyectos o algún tipo de experimentación con insectos en Mendoza para encontrar alternativas de nutrición. No conozco cuáles serían los insectos típicos de Mendoza que pudiesen servir para eso, aunque entiendo que la vinchuca es lo autóctono, porque se da mucho en un hábitat natural de Mendoza, por el clima y por las construcciones de adobe. Nunca investigué ni me imaginé analizar en qué es rica nutricionalmente la vinchuca, pero en estos días vamos a consultar si es posible un estudio de este tipo", explicó
Moor, ante la consulta sobre qué tipos de insectos, en caso que se tomen en cuenta los consejos de la ONU, podrían servir de alimento en la provincia.
Recomendación
El extraño consejo alimenticio a nivel mundial lo emitió la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (ver aparte), aunque aún falta todo un trabajo de cada país para analizar cuáles serían los bichos propios de la zona, los más característicos y si la utilización de estos a escala industrial no dañaría el equilibrio del ecosistema.
Dijo Moor: "Hay algunos insectos que, por su característica y su hábitat, son ricos en proteínas, pero hay que ver si estos, por más proteicos que sean, ayudarían a acabar con el hambre". Sin embargo, la funcionaria y docente universitaria duda de la confiabilidad científica y de la aplicabilidad de esta teoría según el contexto sociocultural.
"Uno no puede decir tan rápidamente que se puede comer un kilo de cucarachas y que eso hará bien. La ONU no lo avala científicamente, sino que opina al respecto. Se necesitan datos científicos y pruebas, como una muestra de control y una de estudio. No sé si existen", afirmó.
Por otra parte, y pese a la voluntad de investigar sobre las propiedades nutricionales de la vinchuca, Moor asegura que la cultura occidental está muy lejos de planificar una plan alimenticio alternativo a partir de insectos.
"Hay que ubicarse en el lugar y de dónde viene esto. Si me decís que somos China o Japón, es una cosa, porque allí la hormiga frita es un plato como aquí una hamburguesa. Me parece que también tiene que ver con la cultura alimentaria de cada población. Acá costaría mucho vender insectos por más revolucionaria que sea la idea. No hay que descartarlo, ya que también hay alimentos a base de insectos, pero aquí lo veo difícil", agregó Moor.
Una de las especulaciones de los analistas políticos es que lo que plantea la Organización para la Alimentación y la Agricultura tendría que ver con el contexto político y económico a escala mundial. Pues China, uno de los países actualmente más poderosos del mundo, podría liderar esta nueva pata comercial debido a su extensa experiencia en elaboración de platos con insectos.
Argentina, país generoso
Consultada por El Sol, Silvia Cadelago, nutricionista y docente de la carrera de Nutrición de la Universidad Juan Agustín Maza, aseguró que las recomendaciones de la ONU se deben a "una medida de emergencia pero para países que no tienen el potencial nutritivo que tiene Argentina".
"Creo que aquí aún se tiene que aprovechar ese potencial, porque este país puede alimentar con sus cultivos y su carne a 400 millones de habitantes, es decir, 10 veces más que nuestra población. No creo que tengamos que recurrir a esa medida de alimentación no tradicional teniendo tantos productos naturales y nutritivos en todo el territorio argentino", agregó Cadelago.
Sin duda, la noticia no tuvo gran repercusión en el país, aunque sí en otros lugares del mundo, más allá del continente asiático. Es lógico, pues en el 2011, la ministra de Industria de la Nación, Débora Giorgi, aseguraba que Argentina tiene la capacidad para proveer de alimentos a 400 millones de personas y que el desafío del sector productivo era profundizar la incorporación de valor agregado y de trabajo argentino a las materias primas.
Sin embargo, para algunos científicos locales, el desafío de conocer las propiedades proteicas del universo microanimal que nos rodea podría ser uno de los grandes desafíos para estar a tono con la nueva tendencia.
fuente elsolonline
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