Un grupo de expertos subrayó las ventajas de los fosfitos si se usan con fungicidas. Los fitoestimulantes con fosfitos se vienen utilizando en Argentina con mucho éxito desde hace ya tres campañas.
Las enfermedades foliares de los cultivos de grano grueso causan pérdidas en los rendimientos de todos los ciclos agrícolas en Argentina. En esta campaña, por demás húmeda, ganará quien sepa manejar la situación sanitaria, tanto en soja como en maíz.
Entre las nuevas tecnologías que asoman en el universo agrícola para enfrentar a las enfermedades, los fitoestimulantes con fosfitos se vienen utilizando en Argentina con mucho éxito desde hace ya tres campañas. Reconocidos especialistas en diferentes materias, como los ingenieros Marcelo Carmona, Norma Formento, Gustavo Ferraris y Daniel Igarzábal (entre otros), han probado en ensayos esta tecnología en combinación con fungicidas, herbicidas e insecticidas.
Según explicó Carmona, de la UBA, los fosfitos son sales derivadas del ácido fosforoso combinadas con diferentes cationes que presentan alta movilidad en las plantas y se trasladan vía xilema y floema. La función más reconocida es la de representar un excelente inductor de los mecanismos de defensa de la planta.
Por su parte, Formento, del INTA Paraná, dijo que la incidencia de mancha ojo de rana (MOR) se redujo en forma altamente significativa, en un 18% y en un 76% con respecto al testigo, en ensayos realizados en soja durante la campaña pasada, aplicando el fitoestimulante Fulltec Cubo en R2 junto al fungicida Stinger, de Dupon.
Según publicó Clarín Rural, algo similar sucedió con ensayos realizados por Ferraris, del INTA Pergamino, quien concluyó que los síntomas de MOR y enfermedades de fin de ciclo (EFC) fueron reducidos por la aplicación de un fungicida más el fitoestimulante, que además mejoró notablemente la altura de plantas. Mientras los testigos rindieron 3.111 kg/ha, los tratados rindieron 3.452 kg/ha.
“Los fosfitos que son el núcleo de nuestra tecnología se logran a partir de trabajar con fósforo para consumo humano, no industrial. Esto permite lograr excelentes resultados agronómicos con dosis de sólo 200 cc por hectárea, lo que equivale a ocho dólares por hectárea para soja”, indicó Mariano Mainero, de Fulltec.
Fuente: Infocampo
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