Los factores ambientales, genéticos y de manejo de cultivo influyen directamente sobre la expresión de calidad industrial de la soja argentina. “En la síntesis de proteínas y aceite durante el llenado de granos tienen gran incidencia las temperaturas, el estrés hídrico y deficiencias nutritivas. En el primer caso habrá mayor concentración de aceite, mientras que en el segundo y tercer caso disminuirán los rendimientos y, en consecuencia, aumentará la proteína”, aseguró Cuniberti.
“(…) A mayor rinde, más aceite y menos proteína. Como en la generación de nuevas variedades se prioriza la alta productividad, la soja argentina se caracteriza por su alto contenido de aceite en relación a la proteína”,explicó desde Sudáfrica la técnica del INTA Martha Cuniberti, líder de la investigación y participante del foro mundial”, de acuerdo a ON24.
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“Después de analizar datos de los últimos 15 años de campañas sojeras, la especialista del Laboratorio de Calidad Industrial de Cereales y Oleaginosas de la unidad de Marcos Juárez concluyó que la soja de primera posee más aceite y menos proteínas que aquella de siembra tardía. “Esto sucede porque el llenado de granos se produce cuando las temperaturas son menores”, explicó.
Más del 80% de la soja producida en el país se industrializa y comercializa en el exterior como aceite, biodiesel y harina. Así, la Argentina se posiciona como primera exportadora mundial de subproductos de esta oleaginosa, con un rol fundamental en la calidad y cantidad de la materia prima.
Los factores ambientales, genéticos y de manejo de cultivo influyen directamente sobre la expresión de calidad industrial de la soja argentina. “En la síntesis de proteínas y aceite durante el llenado de granos tienen gran incidencia las temperaturas, el estrés hídrico y deficiencias nutritivas. En el primer caso habrá mayor concentración de aceite, mientras que en el segundo y tercer caso disminuirán los rendimientos y, en consecuencia, aumentará la proteína”, aseguró Cuniberti.
De acuerdo con la investigación, en el norte de la región pampeana el aceite disminuye 0,53% y la proteína aumenta en promedio 0,45% por cada mes de atraso en la fecha de siembra, de octubre a enero.
En esta línea, la especialista aseguró que en un país aceitero y productor de harinas proteicas para alimentación animal resulta “primordial” conocer en qué momento sembrar para obtener, luego, una materia prima capaz de generar mayor calidad y cantidad del producto final.
La técnica reconoció que la soja representa “una fortaleza” como país productor y exportador agropecuario pero advirtió que “la expansión del cultivo debe ir acompañada de un adecuado manejo para hacer sustentable la actividad”.
Asimismo, destacó la importancia de agregar valor en origen a la producción primaria: “Mediante la transformación del grano en diversos productos y subproductos se facilita el desarrollo interno y la economía de los distintos eslabones de la cadena”.
A la medida del cliente
El contenido promedio de proteína en grano obtenido en la zona núcleo sojera de la Argentina supera las exigencias mundiales: “Los granos destinados a molienda en nuestro país tienen entre 38 y 42% de proteína y los países importadores requieren un 38%”, detalló Cuniberti.
De acuerdo con el informe del INTA Marcos Juárez, en los últimos 15 años, el promedio de proteína presente en la soja de segunda fue de 39,5%, casi dos puntos porcentuales por encima de la primera, que registró 38,8%.”
Fuente: Agromeat
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