Ocho de cada diez cabezas de ajo que se arrancan en el valle calingastino van a Mendoza y se exportan con el sello de esa provincia. La fuga tiene varios ‘padres’, y en este sentido el Gobierno local ha encarado algunas herramientas para contrarrestar este fenómeno que lleva décadas: la primera, la construcción en el 2007 del galpón de empaque; y la segunda, es la cámara de frío que estará lista en unos 20 días (ambas están en un mismo predio de Barreal), según precisaron desde el municipio cordillerano.
El frigorífico ajero permitirá vender a contraestación y aseguran desde el municipio que evitará que "al menos una parte’’ no viaje a la vecina provincia, de acuerdo a que podrá albergar alrededor del 12% (unos 240.000 kilos) de toda la producción departamental. Calingasta fue tradicionalmente un polo ajero, a pesar que en los últimos años se redujo la superficie y hoy tiene apenas 220 hectáreas sembradas.
La inversión, de la mano de la Secretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar de la Nación, fue de 2.107.000 pesos e incluye 320 bines y unos 5.000 cajones de madera, precisaron desde la Secretaría de Desarrollo Productivo de Calingasta. La cámara será concesionada a una cooperativa, que es la misma que administra el galpón de empaque (Los Retamales). Es la segunda que se construye en la provincia con aporte estatal: la primera se puso en marcha en septiembre pasado en el departamento Pocito, otro de los refugios de esta hortaliza en el suelo sanjuanino.
"Con esto no vamos a salvar al sector ajero del departamento, pero al menos vamos a colaborar en ponerle un coto a la pérdida de superficie y competitividad. Sabemos que tenemos los mejores ajos de la provincia y que perdemos valor agregado cuando se van a Mendoza a granel’’, contó el secretario de Desarrollo Productivo municipal, Horacio Rubilar.
Es que en tiempos donde la superficie ajera cayó en San Juan en los últimos 5 años de 2.800 a 700 hectáreas, y que en Calingasta la reducción fue de 500 a 220 hectáreas, la presencia del Estado resulta clave para frenar el desbande que tiene el sector, hoy en caída libre (no sólo por estos lares, en Mendoza también se redujo el sembradío).
Igual las razones más pesadas están a tono con la pérdida de competitividad de varios actores de la chacra sanjuanina (como, por ejemplo, la cebolla) que han visto subir sus costos de producción de forma progresiva y al mismo tiempo que se han dado "pobres’’ precios de venta.
La preocupación oficial radica en que es un nicho que tradicionalmente ubicó a San Juan en el mapa nacional de esta hortaliza y fueron precisamente los ajos del departamento cordillerano los que dieron la nota por su excelente sanidad y calibre. Además genera mucha mano de obra en los meses previos a la uva y la aceituna.
Fuente: Diariodecuyo.com.ar
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