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AGRO20 América Latina y el Caribe han demostrado que el hambre se puede reducir y erradicar

La lucha contra el hambre ha ganado terreno en América Latina y el Caribe, donde se ha demostrado que la malnutrición puede reducirse e incluso eliminarse, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA) que animó a la región a avanzar ahora hacia un acceso equitativo a la comida.   

En todo el mundo, unas 875 millones de personas padecen desnutrición crónica, una cifra que a primera vista indica que “puede que no se esté ganando la guerra contra el hambre”, dijo en una entrevista en la capital panameña la directora ejecutiva del PMA, Ertharin Cousin.   

Pero Latinoamérica y el Caribe han logrado en poco más de 10 años reducir en 16 millones el número de personas con hambre. “La priorización que los líderes de esta región han hecho para acabar con este problema puede ser el camino a seguir, y si estos países continúan haciendo una inversión sostenible para erradicar el hambre, estoy segura de que se puede hacer”.   

Cousin argumentó que iniciativas como “Hambre cero” en Brasil y la “Cruzada Nacional contra el Hambre” lanzada hace poco en México, permiten pensar que la región tiene la oportunidad de convertirse en una zona libre de malnutrición.   

Lo que se percibe ahora, a juicio de la directora del PMA, es que la batalla contra la desnutrición en la región no pasa por “llenar los estómagos”, sino por crear resistencia y aglutinar a las comunidades vulnerables para que “también ellos puedan luchar contra el hambre”.   

Pese a los avances de la última década, aún entre 20% y 25% de la población latinoamericana y caribeña es vulnerable ante el hambre, dijo la directiva de la agencia de las Naciones Unidas.    

Citó que hay más de 7 millones de niños en edad preescolar “crónicamente desnutridos”, un problema que se concentra en las comunidades indígenas y afrodescendiente.

Problema económico   

Cousin explicó que en Latinoamérica la principal traba es el acceso a los alimentos, no que la producción sea insuficiente y no los haya.   

“Las poblaciones más vulnerables no tienen todo el dinero para comprar los alimentos en el mercado. Sería más un problema económico que de desastres naturales”.   

El PMA tiene entre sus plantes asistir directamente a cerca  de 8 millones de personas en la región que están afectadas por el subdesarrollo, las desigualdades y los desastres naturales.   

En Centroamérica el PMA y otros socios impulsan el programa Compras para el progreso, que beneficia a más de 33.000 pequeños productores, 30% mujeres, vinculándolos a los mercados locales.   

En Guatemala y Nicaragua están los casos más preocupantes de malnutrición en Centroamérica. Los gobiernos trabajan con el programa en impulsar  iniciativas para combatir el hambre y la pobreza, como las de “alimento por trabajo” o “alimentos en las escuelas”.   

En Guatemala, 48% de los niños menores de 5 años sufre de desnutrición crónica, mientras que en Nicaragua la población afectada es de 19%, según datos de organismos de las Naciones Unidas.   

Cousin aseveró que para el Programa Mundial de Alimentos lo “fundamental” es seguir ayudando a los gobiernos en estos planes.   

El problema que viene enfrentando el PMA es que se financia de contribuciones voluntarias, y durante los últimos 15 años una gran parte de sus recursos han llegado de países que hoy están pasando dificultades por la crisis económica en Europa.   

Esto plantea un “desafío” al organismo de Naciones Unidas porque hay un “número aumentado” de personas que necesitan ser alimentadas.    

“Pero las buenas noticias son que a pesar de que no estamos recibiendo tanto como esperábamos de los donantes tradicionales, estamos empezando a recibir contribuciones de otros países, entre ellos Brasil, Arabia Saudita y Kuwait”.   

Destacó que el fortalecimiento de las redes de seguridad social con nuevas intervenciones, como las transferencias de efectivo y cupones por alimentos, también podría ayudar a los más vulnerables. “La protección social puede mejorar la nutrición de niños,  que dará sus frutos en el futuro con adultos más educados, fuertes y saludables”.

Siete millones de niños en edad preescolar están desnutridos, espe cialmente en las comunidades indígenas y afrodescendientes”.  

Estadísticas

Alrededor de 50 millones de personas padecen de hambre en América Latina y el Caribe, según un estudio sobre seguridad alimentaria presentado el año pasado en Montevideo, Uruguay.

La investigación reali- zada por la Asociación Latinoamericana de Integración (Aldi) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO), arrojó una reducción de 24,2% de la malnutrición en la región respecto a 1990, cuando la cifra era de 66 millones.

Pese a los avances obtenidos, ambas instituciones alertan que el continente sigue siendo el que presenta más desigualdad en el mundo. Para superar esta situación, plantearon  la necesidad de establecer políticas conjuntas.
Entre otras causas, citaron el aumento de la demanda de alimentos, la aparición de los biocombustibles que compiten con la producción de los bienes primarios, el cambio climático y la imposibilidad de acceso a los alimentos.

Datos de la Organización de las Naciones Unidas de 2011, indican que la desnutrición genera pérdidas de casi 6% del Producto Interno Bruto (PIB) de la región latinoamericana y afecta la salud de al menos 9 millones de niños que sufren de problemas de crecimiento.

fuente eltiempo

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