Pese a que la industria cárnica ha adoptado el uso de almohadillas para controlar la pérdida de líquidos durante el envio y el aumento de la vida útil mediante la atmósfera modificada, muchos transportistas de frutas y hortalizas frescas todavía no usan estas almohadillas cuando envían sus productos en atmósfera modificada. Sin embargo, debido al ahorro que supone el producto al evitar desperdicios, Sorin Crainic, de Paper Pak Industries, espera que los transportistas le den una oportunidad a su producto.
“Lo principal es convencer a la gente de que funciona", explica Crainic. Numerosas pruebas y la unanimidad de comentarios positivos por parte de los clientes, avalan la eficacia de las almohadillas, y Crainic opina que una vez los transportistas vean cómo funciona este producto, se decidirán a usarlos.
“La idea básica es que las almohadillas generan dióxido de carbono, que es un gas tóxico para las bacterias", dice Crainic. Aunque el gas genera un ambiente inhóspito para el crecimiento de bacterias, se pueden incorporar otros agentes antibacterianos para limitar todavía más la propagación de la contaminación y de los residuos. Sin embargo, lo que hace especial la última oferta de PPI, según señala Crainic, es el modo en que sus almohadillas gestionan de forma inteligente la dispersión de gas durante todo el proceso de transporte.
“Nuestro UltraZapXtendaPak es capaz de generar dióxido de carbono durante un periodo de entre dos y seis o siete días", continúa Crainic. Añade que ahí es donde entra en juego su experiencia, porque aumentar el periodo de dispersión de gas genera niveles menores de bacterias y reduce significativamente el deterioro durante el trayecto o cuando el producto está expuesto en el establecimiento.
“Los clientes con los que hemos hablado informan de una reducción de desperdicios de entre un 70 y un 95 %", señala Crainic. Aun con esos resultados, ha admitido que ha resultado difícil convencer a la industria de las frutas y hortalizas frescas, en parte porque las almohadillas no son muy comunes por el momento, y en parte por el precio de este producto.
“Hemos tenido problemas de comercialización debido a los costes", confiesa Crainic. "La gente es reacia a probar algo que va a resultarle un poco más caro, en especial en el sector hortofrutícola, donde los consumidores podrían no estar acostumbrados a las almohadillas". No obstante, cree que puede convencer a la industria de que, aunque la inversión en el envase sea ligeramente mayor, las ganancias generales serán considerables debido a la reducción de desperdicios. Es solo cuestión de enseñarle a la gente cómo funcionan sus almohadillas.
“Todo el que las ha probado nos ha dicho que funciona", asegura Crainic. "Así que pensamos que lo importante es enseñarle a la gente que con ellas pueden ahorrar dinero".
Fuente: Fresh Plaza
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