Evita la degradación del suelo y la pérdida de fertilidad, resaltó el experto, José Benites Jump.
La Agricultura de Conservación (AC) es una práctica fundamentada en tres componentes técnicos: la cobertura permanente del suelo; no remover el suelo para la siembra; y la rotación de cultivos.
La sinergia de estos tres componentes evita la degradación del suelo y la pérdida de fertilidad. Además, logra beneficios económicos, sociales y ambientales, indicó el consultor internacional en manejo y conservación de tierra y agua y experto en agricultura de conservación, José Benites Jump, durante el Desayuno Agrario, organizado ayer por Agrobanco.
Al respecto, indicó que la cobertura permanente del suelo protege su superficie, mejora la conservación de humedad y la estructura, aporta materia orgánica, recicla los nutriente e introduce un sistema de producción más sostenible.
Las características de un buen cultivo de cobertura son: Rápido crecimiento, fácil de multiplicar / reproducir, es fácil de controlar, revela un excelente desarrollo de raíces y puede servir como mulch vivo o muerto, entre otros.
Para no remover el suelo para la siembra, esta práctica propone utilizar una sembradora directa cuyas funciones son: Corte de la cobertura vegetal, penetración y abertura del surco, dosificación y distribución de semillas y abonos, control de profundidad de las semillas, cobertura del surco con suelo y rastrojo y compactación del surco.
Por último, explicó que la rotación de cultivos permite producir de una manera planificada y ordenada para luego maximizar la productividad, minimizar los riesgos y conservar los recursos naturales.
Impacto
La AC tiene efectos sobre los suelos y sobre el manejo de plagas. En cuanto al primero, explicó que reduce la evaporación, el encostramiento de la superficie y la erosión y escurrimiento. También aumenta la infiltración de agua e incrementa el contenido de materia orgánica y mejora la estructura de los suelos (aire y drenaje).
Sobre el manejo de plagas, refirió que son las rotaciones de cultivo y sustancias alelopáticas de descomposición de rastrojos para el control natural (MIP) permiten contar con un suelo saludable.
Por último, subrayó que la Agricultura de Conservación contribuye a la mitigación del cambio climático y a la reducción de la erosión, disminuyendo las emisiones de CO2 a la atmósfera, fruto del ahorro energético y del uso eficiente de insumos. También fija un gran volumen de carbono en el suelo a través de su manejo en la superficie del suelo.
Fuente: Agraria.pe
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