Habas, mellocos, choclo, fréjol, zapallo, zambo, entre otros, son algunos de los ingredientes esenciales para cocinar una exquisita fanesca, pero los de la Bioferia de Quito tienen una pequeña diferencia: son naturales y orgánicos, una alternativa más sana para quienes gustan de los productos sin preservantes y naturales cosechados por agricultores que pensaron en esta iniciativa hace algunos años atrás.
Todo empezó cuando algunos agricultores urbanos se acercaron al Municipio de Quito y, con la ayuda de la Agencia Metropolitana de Promoción Económica, Conquito, se inscribieron para que los técnicos agrónomos les den capacitación.
Cada uno tiene su huerto en diferentes lugares del Distrito Metropolitano pertenecientes a todas las Administraciones Zonales Municipales. Por ejemplo, la señora Elvira Pérez posee uno en San Francisco de Miravalle. Hay otras personas que son de Guápulo, de Los Chillos o del sur de la ciudad.
Preparando el terreno
Existen más de 500 huertos que son parte de Conquito, en cada uno existe entre cinco a seis familias que se integran para sacarle provecho.
Varían en tamaño, los más pequeños tienen 500 metros cuadrados y los terrenos pueden ser regulares o irregulares. Estos se componen de ‘barreras vivas’, que son plantas que protegen al sembrío de las calamidades del clima y el viento; lo primordial es que sea todo orgánico.
Hortalizas y tubérculos como la papa, melloco, zanahoria blanca, choclo, fréjol, habas y todos los ingredientes para una fanesca sana y orgánica se expenden en el lugar sin ningún tipo de preservantes o químicos en el proceso de siembra y cosecha.
Los precios no varían de los del mercado. Y es que, al ser los mismos agricultores quienes cosechan y venden sus productos no hay intermediarios, entonces las ganancias son para ellos y los precios se mantienen estables y económicos. “Nosotros nunca subimos, tenemos un valor estándar”, asegura Elvira.
Lo que sale de los huertos también sirve para el consumo propio y la auto sustentación de quienes cultivan la tierra.
Hay acogida
La respuesta del público ha sido positiva. “La gente ya sabe qué es orgánico y qué es químico, que un tomate en el ambiente puede durar tres semanas y estar ‘sanito’”, explica Elvira, quien ya lleva cinco años como parte del proyecto. “La gran diferencia está en el sabor que tienen nuestros productos”, agregó.
También ofrecen alimentos elaborados artesanalmente como manjar de leche, mermeladas, quesos, pasteles, panes, empanadas, quimbolitos, entre otros.
A estas ferias orgánicas asisten aproximadamente 100 personas cada fin de semana en el puesto que se encuentra al lado de la Cruz del Papa, en el Parque La Carolina. El horario de atención es de 07:00 a 12:00 todos los sábados y los domingos cada 15 días.
EL DATO
Los productores orgánicos anualmente tienen una inspección para obtener un certificado de la Agencia alemana BCS, quienes se encargan de verificar la calidad de los productos orgánicos en todo el mundo.
Algunos productos
Precios
Tomate: $1,50 el kilo
Fréjol: $1 la libra
Arveja: $1 la libra
Choclos: $1
Maní: 0.50 centavos
Chochos: $1 la libra
Zambo: $1
Zapallo: $5
Mermeladas: $1
Huevos de codorniz: $1.30 el paquete
fuente lahora
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