El departamento de Cochabamba, junto con los valles de Chuquisaca y Tarija siempre han tenido vocación agrícola en la producción de hortalizas, legumbres, fruta y otros productos que constituyen la alimentación básica de los bolivianos y que en realidad representan la seguridad alimentaria en condiciones accesibles y oportuna de las personas.
En cuanto respecta a Cochabamba lo del granero de Bolivia ha quedado desde hace décadas para el recuerdo, como una especie de gloria pasada, cuando la producción era sustentable no sólo para las necesidades de los habitantes de esta región sino para proveer al resto del país. Ahora la realidad es otra. La producción agrícola ha descendido a niveles dramáticos. Basta ir a los mercados y comprar estos alimentos y observar con tristeza que existen grandes volúmenes de productos que antes resultaban ser tradicionales de la producción de estos valles, que han sido reemplazados por fruta peruana o chilena, por cebollas o choclos del mismo origen y en fin ser testigos del desplazamiento de la producción nacional por la que llegan legal o ilegalmente mediante estas dos fronteras.
La pérdida de la condición de Cochabamba como granero de Bolivia, puede ser inscrita en diferentes aspectos, pero generalmente existe coincidencia, de que la misma empezó a partir de una Reforma Agraria, la del 52, que no logró conciliar los criterios de liberar al campesino con su trabajo casi esclavizado y organizar empresas agrícolas cooperativas o de otras formas de asociación mixta, que garanticen la producción y eviten el parcelamiento excesivo que hoy sufre la tierra entregada a los campesinos.
Las medidas políticas en esta actividad se sobrepusieron a las económicas y cuando esto ocurre se llega al peligro de destruir el aparato productivo, en este caso de la agricultura y a grandes estancamientos y luego retrocesos.
Hoy se habla de la intención del Gobierno nacional de mejorar la producción agrícola de Cochabamba para que recupere el calificativo de “granero de Bolivia”. Para ello, si bien es cierto que se ha incrementado la producción de arroz y azúcar en el oriente del país, lo que resta para Cochabamba es una gran tarea, a partir de las bases de organización de la producción agrícola en manos de campesinos que actualmente cultivan incluso en surcos y sin ninguna o escasa tecnología.
La gran tarea pendiente es la producción extensiva de trigo que representa el alimento básico en la alimentación de la población y recuperar los mercados nacionales con productos que hoy son sustituidos con la importación de sus similares de los países vecinos, algo que se puede obtener mediante políticas nacionales claras que fomenten la producción mediante extensión agrícola y tecnología. Se dice con razón que el rubro de la agricultura es uno de los más complicados y los países que logran mejorarla con acciones donde se combine la organización, la tecnología y el conocimiento, son aquellos que están generando no sólo excedentes, sino también asegurando su futuro.
El desafío de reactivar la producción agrícola de Cochabamba, debería ser asumido por toda la región y sus instituciones, porque si se recuerda, varios de los gobiernos anteriores, lanzaron en su momento sendos planes con diferentes nombres como, la revolución verde, y otros rimbombantes, pero que al final quedaron olvidados y relegados porque es innegable que la agricultura es una faena que va más allá de los anuncios, por los motivos expuestos.
Fuente: opinion.com.bo
© 2024 Creado por AGRO 2.0. Tecnología de
¡Necesitas ser un miembro de AGRO 2.0 para añadir comentarios!
Participar en AGRO 2.0