AGRO 2.0 USA: La incertidumbre sobre la Ley Agrícola de EE.UU. mantiene a la industria arrocera en la cuerda floja

La próxima Ley Agrícola de EE.UU. se mantiene en el aire y no se espera una resolución antes de enero. La forma resulte tener la legislación determinará los cultivos que los agricultores sembrarán, incluido el arroz.

La Federación de Arroz de EE.UU., junto con el Consejo Nacional del Algodón y la Federación de Agricultores del Sur de maní han instado al gobierno federal a encontrar una nueva solución en lugar de ampliar el proyecto de ley agrícola actual. Sin la certeza de un nuevo proyecto de ley agrícola, los agricultores no serán capaces de predecir su plan de negocios para el futuro, realizar inversiones a largo plazo y asegurar el capital, dicen las organizaciones. Dado cualquier extensión sería temporal, la inversión a largo plazo sería difícil para los productores.

La versión del Senado de la protección de los agricultores no es realmente tan diferente de la versión de la Cámara. El proyecto del Senado permite a los productores elegir entre la Cobertura de Riesgos Agrícolas (ARC) y el Programa Pagos de Mercado Adverso (AMP). ARC paga sobre la base de la pérdida de ingresos de un condado o de la pérdida de ingresos de una explotación individual, y AMP paga cuando los precios de mercado caen por debajo del 55% de los precios históricos.

El proyecto de la Cámara permite a los productores elegir entre los cobertura de ingresos perdidos y cobertura de pérdida de precio. El primero paga ante pérdidas de 15% a 25% en los ingresos de referencia de un condado, un número que se calcula sobre la base de los rendimientos históricos y los precios fijos o históricos. El segundo paga cuando los precios caen por debajo del precio de referencia durante los primeros cinco meses del año de cosecha.

Una diferencia es si más subvenciones se destinarán a programas de seguro de los ingresos (como favorece el Senado) o a programas de seguros de rendimientos (como favorece el Congreso). Aunque la mayoría de los agricultores probablemente comprarán una combinación de varios tipos diferentes de programas de protección, los productores de arroz tienden a favorecer el seguro de rendimiento sobre el seguro de ingresos, ya que los precios del arroz no son tan volátiles como los precios del maíz y la soja, que fluctúan en función de una variedad de factores económicos y políticos tales como los precios de la energía y los precios de los piensos. Ya que el arroz es utilizado principalmente por los consumidores, y la demanda de los consumidores no fluctúa tanto como la demanda de alimento para los animales (que varían en tamaño de la población de un año a otro), es poco probable que los precios del arroz bajen lo suficiente como para que los programas de protección de ingresos paguen, y estos programas de protección de los ingresos son más caros para el agricultor y el contribuyente – casi el doble de caros que los programas de protección de rendimiento, según una fuente.

Otro problema relacionado con estos grupos es la relación comercial con Brasil. Si no se aprueba una nueva legislación, los exportadores estadounidenses temen que Brasil cumplirá sus amenazas con respecto a una disputa comercial. Esta consecuencia podría no afectar el arroz en la medida en que afectará a otros cultivos, pero aún así vale la pena observar atentamente cómo reacciona Brasil.

Una cosa que los debates sobre el proyecto de ley agrícola parecen estar logrando es dividir a la industria de la agricultura. La industria azucarera ha realizado ya esfuerzos para aislarse a sí misma de la legislación vigente, y algunos críticos argumentan que las asociaciones de maíz y soja están dominando el vestíbulo, a expensas de las industrias más pequeñas, como la del arroz.

Si la ley actual no es extendida y uno nueva no es aprobada pronto, la ley agrícola volverá a la ley de 1949, que no apoya a los agricultores con ayudas directas, pero sí contempla un precio mínimo. Esto significa que la legislación podría proporcionar algún apoyo muy básico para el precio del arroz, y los precios de otros cultivos, pero podría desalentar la inversión en la agricultura, incluido el arroz.