Uruguay es un neto exportador de alimentos y la demanda de China parece no tener un techo todavía.
El gigante asiático está cada vez más ávido de proteínas, en la medida que el poder adquisitivo de su población aumenta y solo en carnes, las exportaciones desde Uruguay crecieron más de 340% en un año. Pero, además China importa prácticamente toda la soja producida, es un fuerte comprador de leche en polvo y otros lácteos, adquiere terneras Holando en pie de entre siete y 14 meses para fortalecer sus tambos y es el principal mercado para las lanas uruguayas.
La “chino dependencia” está comenzando a preocupar al gobierno. Esta semana, el presidente José Mujica dijo en su audición radial que “en materia de carne nos hemos vuelto un tanto China dependientes” y que eso “es una situación peligrosa para el Uruguay”.
El mandatario recordó que la presencia de carnes uruguayas en China, ha crecido notablemente como consecuencia de la pérdida en la diversificación de mercados por lo que cayó fuertemente la presencia en Rusia, bajó en el Mercosur sobre todo con Chile y también en Israel.
En 2013 se colocaron en este destino 91.878 toneladas peso canal -es uno de los pocos mercados que permite entrar con cortes con hueso- frente a las 28.907 toneladas peso canal que el mercado acaparó en 2012, según los datos del Instituto Nacional de Carnes.
Según los datos aportados a El País por el Instituto Uruguay XXI, se embarcaron con el mismo destino US$ 68,3 millones en canales congelados; US$ 54,7 millones en trozos de carne sin desosar y US$ 208,2 millones en cortes desosados.
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No menos importante es este destino para las menudencias y despojos de la industria cárnica (bovinos, ovinos y cerdos). Compró US$ 3.331 en lenguas, US$ 33.866 en hígados y US$ 31 millones en otros rubros del componente despojos de la faena. Ese país es un fuerte comprador de bilis y cálculos vesiculares bovinos.
Ahora, un grupo de empresarios contactó a cinco plantas para abastecerse de cortes bovinos de alto valor y otro, quiere instalarse en la industria cárnica uruguaya, mediante la compra o alquiler de una planta, de modo de poderse asegurar los alimentos.
En pescado y carne de pescado (excepto los filetes) compró en 2013 por US$ 7,8 millones, en crustáceos y otros componentes generó US$ 1,1 millones y en moluscos, vivos, secos y refrigerados compró por US$ 1,2 millones.
Lácteos.
Mientras tanto, los lácteos uruguayos hace rato que entran en China, principalmente lo que es leche en polvo, pese a que los aranceles no son los más favorables para la industria local.
En este rubro, según los datos de Uruguay XXI, en leche y nata sin concentrar y sin adición de azúcar, China compró US$ 67,8 millones, en suero manteca, leche y natas cuajadas generó US$ 250.530, en lacto sueros US$ 8,9 millones y en mantecas y grasa de leche US$ 339.275. Estos son ejemplos claros del potencial para exportar a ese país.
Vegetales.
Entre los rubros menos conocidos figura la exportación de plantas y raíces (estacas o injertos). En este rubro el año pasado se vendió por US$ 283.800 y también se colocan cítricos, ya sean frescos o secos, donde China generó compras por US$ 26.212. Seguramente en este rubro, a futuro, pueda transformarse en un importante demandante en los próximos años, ayudando a un sector que viene bastante golpeado.
Muy curioso resulta también la exportación a China de agua, incluida agua natural mineral o artificial, así como hielo. En este rubro se generaron el año pasado US$ 3.819.
En vinos, se comienza a afianzar una corriente comercial. El año pasado compró por US$ 252.648. Sumando todos los rubros, China le generó al Uruguay más de US$ 1.242 millones en 2013.
Negocios y cambios políticos
En los últimos años Uruguay viene negociando con China la posibilidad de ingresar con otros granos usados para la elaboración de raciones, como bien puede ser el sorgo, una forrajera bien adaptada a los suelos locales y básica en las rotaciones agrícolas. Los chinos precisan asegurarse los granos que le posibilitarán engordar cerdos, aves y otros animales proveedores de las proteínas que precisa su población creciente. Este hecho hace que, solo en soja, haya consultoras chinas que prevén que la demanda por esta oleaginosa esté asegurada hasta el 2020. En lácteos, la decisión del gobierno chino de eliminar la política del hijo único, abre un camino que le posibilitará a los exportadores mundiales en el rubro -como bien puede ser Uruguay- ingresar con otros productos que ya no solo sean leche en polvo, principalmente si son proveedores que pueden asegurar seguridad alimentaria. Meses atrás, los incidentes generados por proteínas de leche procedentes de Nueva Zelanda generaron mucha desconfianza en los consumidores y gobierno comenzó a apoyar más a su lechería, desarrollando más el sector productor. Por el lado de la genética lechera, también parece abrirse un promisorio camino para Uruguay en el mercado chino.
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