Este proyecto no implicará nuevas tasas o costes para el productor, sino que se financiará con los fondos propios del Inavi y apoyos estatales. Es decir, “al sistema de gestión de calidad ya existente se adicionó una actualización para la gestión interna y del usuario, que tiene la trazabilidad incluida”, afirmó Lez.
Este trabajo es una prolongación del modelo vigente, ejecutado a través de una estampilla que se pega a cada botella y tiene una correlación con un tasa (impuesto). De esta manera, el vino se vincula a través de su número de estampilla a una empresa registrada ante el Instituto y que, por lo tanto, cumple con sus normas, explicó. “La estampilla nos quedó corta, lo que tenemos hasta hoy asegura el origen genuino del producto”, comentó el responsable del Inavi, y añadió que contar con mayor información sobre dónde se plantan viñas, cómo es el suelo y qué sistema de conducción de la viña se eligió “servirá para marcar políticas de hacia dónde vamos y qué queremos”.
Dentro de las metas del Inavi, desde la asunción de Lez de la presidencia, están las de promover la trazabilidad de los productos y utilización de la marca país a través de la gestión de la marca Vinos del Uruguay y Uruguay Natural. Así como también fomentar el arraigo y “ampliar la familia vitivinícola, dignificar y estimular su identidad”, según recordó.
El proyecto incluye la impresión en la etiqueta de la marca país, que ya utiliza el 70% de las bodegas exportadoras del país, y la incorporación en un futuro de un código QR cargado de información. Tomando al vino como transmisor de identidad nacional, Lez afirmó que el objetivo es poder llegar a mostrar al consumidor información del país desde la botella, del viñedo de dónde salió el vino, quiénes fueron sus productores, etc.
¿Qué mostrará el QR? Desde el Inavi habrá indicaciones, pero no limitaciones. “Cada bodega podrá añadir al código la información que quiera”, señaló Lez. De todas maneras, se deberán presentar los datos a cargar en QR ante el Instituto. “Dimos pautas sobre cómo comunicar y qué comunicar, cada productor puede incluir su historia, historia de Uruguay o de la producción de cada vino”, relató el dirigente. Respecto a los beneficios de este sistema para la exportación, Lez manifestó que dinamizará al sector en el mercado externo. “Tenemos que tomar el desafío de exportar cada vez más. La trazabilidad puede llegar a ser un elemento favorable para la colocación de nuestro vino en el exterior”, concluyó.
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