El químico Daniel Vázquez, investigador principal de Inia e integrante del Programa de Cultivos de Secano, explicó que el proyecto consta de cinco aspectos principales de análisis: la genética del trigo, sistemas de calidad, modelos de calidad, fertilización para la calidad y composición química del trigo.
En lo que refiere a la genética del trigo, Vázquez explicó que se sigue chequeando la calidad de todas las variedades de INIA que salen al mercado (como ya se hace desde hace tiempo en Inia) a lo que se suma la búsqueda de nuevos atributos desde el punto de vista genético.
Paralelamente, se intenta establecer un sistema de acopio que permita comercializar mejor el trigo. El objetivo es establecer qué tipo de requisitos y qué valores debía tener un trigo para que satisfaga a mercado, que se pueda vender mejor, se pague más, etc. Y asimismo, cómo lograr los trigos que cuenten con estos requisitos.
Sobre modelos de calidad Vázquez explicó que se busca modelar de forma que se pueda predecir qué calidad se va a cosechar, “lo que ajustaría la logística, mercados, etc.”.
En cuanto a la fertilización para la calidad, el especialista hizo hincapié en la importancia del buen manejo de nitrógeno y azufre afectan la calidad del trigo y con esta investigación se está generando mayor información al respecto.
Finalmente, sobre la composición química del trigo se busca información básica para respaldar a los otros componentes.
En este momento la investigación se encuentra en su pico y se espera que el proyecto esté finalizado para finales del 2014, lo que promete un amplio desarrollo de herramientas para los diferentes actores que componen la cadena de trigo.
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